La entrevista ::PRIVADO:: =Ginevra V. Dashkov=

Días como estos en los que te quieres dormir, o morir, solo desaparecer para siempre, así estaba ahora yo.

Llevaba todo el día durmiendo, no quería despertar. Me encontraba en el vestido negro y flores rojas de una tela liviana y holgado a partir del pecho para abajo y zapatos de piso, muy comodo, abrazada a la almohada de mi padre en su habitación, no conforme con perder a mi mejor amiga, ahora perdía a mi padre, tenia a Gil y a mamá, pero mi relación mas estrecha y cercana era con mi papá, lo amaba y era mi adoración. No quería despertar para saber que no estaba ya el ahi, su almohada aun tenia bien impregnado su aroma y olía tanto a el, que me aferraba a ella como me aferre a su cuerpo, estaba destrozada, mas que mi hermano, aunque la verdad es que mi hermano se veia mas indiferente ante la situación. Sabia que tenia que despertar, pero la verdad es que no quería, no quería despertar para no verlo y sentir sus brazos rodeándome, sus labios en mi frente diciéndome que todo estaría bien y una sonrisa en los labios, no, ya no pasaría eso: jamas.

Tras varias horas de sueño desperté, mi hermano me dijo que alguien me estaba esperando en la sala, que era importante hablar conmigo, yo me negué abrazada a la almohada, me negué rotundamente moviendo la cabeza, empezando a llorar de nuevo, sentí sus brazos y me beso la cabeza, me dijo que era necesario bajar y yo me volví a negar con un "No quiero", me dijo que era necesario, que tal vez podría ayudarnos a saber quien mato a papá, pero muy a pesar de todo, yo no quería y me negaba rotundamente, pero al fin del cuento no se como cedí, pero cedí y me levante de la cama, me mire al espejo de su baño y me mire la cara, roja y con los ojos hinchados, a penas se veían los ojos, respire hondo y me eche a llorar otra vez, si otra vez, yo no me secaba eso era mas que comprobable eso se notaba ahora. Respire hondo y ahora si me eche agua muy fría en la cara, suspire varias veces respirando hondo tratando de controlarme, salí de su habitación, no tenia ánimos eso era obvio, me cepille un poco el pelo y lo peine en una trenza que caía de lado derecho, baje lentamente.

Llevaba mas de una semana muerto, pero yo aun no superaba la idea de haberlo perdido así de repentinamente, trate de respirar hondo para dejar de llorar y al parecer de pronto estaba resultando, cuando baje mire a una mujer guapísima, rubia bastante imponente, me acerque a ella un tanto tímida, mas bien me acerque a la sala asustada, intimidada por su presencia, no estaba en condiciones para recibir a alguien que impusiera de todo menos calidez... tal vez la estaba juzgando mal, pero no tenia muchos ánimos