The Purge
Que el señor bendiga a los nuevos gobernantes porque dejan que purifiquemos y limpiemos nuestras almas, Dios bendiga a Estados Unidos, una nación renacida.
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Todas las imágenes utilizadas en el diseño fueron extraídas de sitios como Tumblr, Google imágenes y editadas por Zack. La historia estuvo a cargo de Ginevra con la colaboración de Alexander, ésta es una IDEA ORIGINAL adaptada de la película "The purge" Derechos Reservados. Todas las imágenes e historias alojadas son propiedad de los administradores y los usuarios registrados y no se puede hacer uso de ellos sin el consentimiento de los propietarios. Cualquier falta sera notificada a foro activo. The Purge by Gin & Alex is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.
Una visita de cortesía. Adam.
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Una visita de cortesía. Adam.
Tras el trabajo en Los Ángeles había pensado tomarse un par de días para descansar mientras que redactaba el informe que debía de entregar a sus superiores, desgraciadamente cualquier ideal idílico que tuviera en esos momentos quedo en el olvido. Nada más al llegar Oliver, quien había sido su tutor y apoyo cuando entro al servicio, le había dejado una nota en recepción para que acudiera a verlo en cuanto llegara antes de hacer cualquier cosa.
—Gracias por el recado, Eduard. Tus buenas nuevas siempre tan encantadoras— Por la cara que puso el agente, seguramente una de total fastidio, el joven recepcionista ladeo el rostro ocultando una sutil sonrisa en sus labios pero Sören alcanzó a escuchar una leve risita en cuanto se hubo alejado un par de pasos lejos de recepción.—¿No pudo haber esperado un poco?
Su instructor conocía su carácter tozudo en lo referente al trabajo y sabía perfectamente que apenas hubiese bajado del avión se dirigiría a la estación. No había dormido ni comido más que la comida rápida que se encuentra en todos los aeropuertos del país, necesitaba algo más sustancioso además de un día completo en la cama para reponer fuerzas. Subió por el elevador y al llegar a la oficina de su instructor toco tres veces antes de entrar.
—¿Sabes cuánto te odio en estos momentos?— Le preguntó al su instructor, un hombre que ya pasaba de los cincuenta pero que pese a ello aún conservaba todo el cabello sin rastro de canas además de una apariencia que dictaba respeto, quizás lo único que delataba su edad eran las arrugas que adornaban sus facciones.
—Dejémoslo como confidencial ¿Te parece?— A regañadientes el menor tomo asiento tamborileando suavemente con los dedos sobre su rodilla. Héctor, su instructor, sonrió con indulgencia al notar su desesperación, algunas cosas no cambian, y esta era una de ellas, sin importar el tiempo que pase— Tengo que pedirte un favor, sé que acabas de regresa y que no te fue tan bien como hubieras deseado pero es importante que vayas a ver a esta persona. Ten en cuenta que no te lo pediría sino fuera importante— Le tendió un folder con el clásico logo de CIA en la portada.
Sören tomo el folder que le ofrecia y lo hojeo rápidamente, advirtiendo de entrada que el trabajo era para otra persona pero que aún no había sido liberado, estaba por hacérselo notar y preguntar el ¿Por qué se había creído correcto asignarle el trabajo a cuando Héctor se le adelanto.— ¿Te sorprendes? Ellos no tendrían el tacto suficiente para llevar a cabo el trabajo. Sabes bien como trabajan.
—¿Qué interés particular podrías tener en un chico tan problemático?— El instructor sonrió divertido como si la respuesta a aquella pregunta fuese tan lógica que ni siquiera merecía la pena el cuestionarla. La respuesta que le daría no le gusto para nada al rubio pero termino aceptando el trabajo.
Cuatro días después viajaba de nueva cuenta rumbo a NY para encontrarse con él. Esta vez no se tomó la molestia de leer el informe completo hasta que llegó a la pequeña habitación de hotel en la que viviría durante esa semana mientras evaluaba la situación en general. Mientras más leia más se daba cuenta de que Adam tan solo parecía haber tomado malas decisiones y no ser malo por naturaleza por lo que no parecería representar una amenaza pero quizás el tiempo le había cambiado haciéndole más afín a la ideología de su antiguo grupo.
Basado en sus primeras suposiciones y teniendo en cuenta que el chico no había presentado ningún tipo de conducta que le hiciera caer del otro lado de la ley decidió verle directamente sin usar una forma más sutil de acercamiento. Llego entonces a donde vivía Adam, vistiendo de forma casual con un simple pantalón de mezclilla, camisa blanca con una chamarra negra, entre sus manos traía un par de bolsas con café y algunos bocadillos.
Habiéndole estudiado sabía perfectamente a qué hora llegaría por lo que no le fue difícil toparse con él en la calle— Disculpa estoy buscando esta dirección— Le tendió un papel con la dirección que supuestamente buscaba escrita en el mismo—Estoy buscando un lugar para rentar y me dijeron que en ese sitio tiene buenos preciosos ¿Podrías ayudarme?
—Gracias por el recado, Eduard. Tus buenas nuevas siempre tan encantadoras— Por la cara que puso el agente, seguramente una de total fastidio, el joven recepcionista ladeo el rostro ocultando una sutil sonrisa en sus labios pero Sören alcanzó a escuchar una leve risita en cuanto se hubo alejado un par de pasos lejos de recepción.—¿No pudo haber esperado un poco?
Su instructor conocía su carácter tozudo en lo referente al trabajo y sabía perfectamente que apenas hubiese bajado del avión se dirigiría a la estación. No había dormido ni comido más que la comida rápida que se encuentra en todos los aeropuertos del país, necesitaba algo más sustancioso además de un día completo en la cama para reponer fuerzas. Subió por el elevador y al llegar a la oficina de su instructor toco tres veces antes de entrar.
—¿Sabes cuánto te odio en estos momentos?— Le preguntó al su instructor, un hombre que ya pasaba de los cincuenta pero que pese a ello aún conservaba todo el cabello sin rastro de canas además de una apariencia que dictaba respeto, quizás lo único que delataba su edad eran las arrugas que adornaban sus facciones.
—Dejémoslo como confidencial ¿Te parece?— A regañadientes el menor tomo asiento tamborileando suavemente con los dedos sobre su rodilla. Héctor, su instructor, sonrió con indulgencia al notar su desesperación, algunas cosas no cambian, y esta era una de ellas, sin importar el tiempo que pase— Tengo que pedirte un favor, sé que acabas de regresa y que no te fue tan bien como hubieras deseado pero es importante que vayas a ver a esta persona. Ten en cuenta que no te lo pediría sino fuera importante— Le tendió un folder con el clásico logo de CIA en la portada.
Sören tomo el folder que le ofrecia y lo hojeo rápidamente, advirtiendo de entrada que el trabajo era para otra persona pero que aún no había sido liberado, estaba por hacérselo notar y preguntar el ¿Por qué se había creído correcto asignarle el trabajo a cuando Héctor se le adelanto.— ¿Te sorprendes? Ellos no tendrían el tacto suficiente para llevar a cabo el trabajo. Sabes bien como trabajan.
—¿Qué interés particular podrías tener en un chico tan problemático?— El instructor sonrió divertido como si la respuesta a aquella pregunta fuese tan lógica que ni siquiera merecía la pena el cuestionarla. La respuesta que le daría no le gusto para nada al rubio pero termino aceptando el trabajo.
Cuatro días después viajaba de nueva cuenta rumbo a NY para encontrarse con él. Esta vez no se tomó la molestia de leer el informe completo hasta que llegó a la pequeña habitación de hotel en la que viviría durante esa semana mientras evaluaba la situación en general. Mientras más leia más se daba cuenta de que Adam tan solo parecía haber tomado malas decisiones y no ser malo por naturaleza por lo que no parecería representar una amenaza pero quizás el tiempo le había cambiado haciéndole más afín a la ideología de su antiguo grupo.
Basado en sus primeras suposiciones y teniendo en cuenta que el chico no había presentado ningún tipo de conducta que le hiciera caer del otro lado de la ley decidió verle directamente sin usar una forma más sutil de acercamiento. Llego entonces a donde vivía Adam, vistiendo de forma casual con un simple pantalón de mezclilla, camisa blanca con una chamarra negra, entre sus manos traía un par de bolsas con café y algunos bocadillos.
Habiéndole estudiado sabía perfectamente a qué hora llegaría por lo que no le fue difícil toparse con él en la calle— Disculpa estoy buscando esta dirección— Le tendió un papel con la dirección que supuestamente buscaba escrita en el mismo—Estoy buscando un lugar para rentar y me dijeron que en ese sitio tiene buenos preciosos ¿Podrías ayudarme?
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