La nueva socia(Cecily)

Cada vez que se trataba de cerrar un trato de hace muchos años y mantener relaciones entre empresarios se me helaba la piel como si me hubieran estado despertando cada día con un balde de agua fría, desde la noticia hasta el día del encuentro.
Por fin esta noche aquel sentimiento se acabaría, pero quizá mañana o dentro de unos días otra nueva cita será concretada en la empresa y volvería a aquel estado de nerviosismo eterno.
"¡Basta! Tú no eres tu padre"
Aunque aquel pensamiento tenía de reconfortante lo que yo tenía de crédula, era una idea que siempre me pasaba por la mente... De no ser por los contactos de las demás personas yo quizá estaría atendiendo una cafetería ¡uff! quizá eso sería incluso una aspiración mayor...
Varias personas me repetían que era mi convicción y perfeccionismo innato lo que me hubiera llevado donde estoy, con o sin contactos, pero la modestia era incontrolable y a veces... esta noche... muchas veces yo... simplemente no podía creérmelo.

El taxi se detuvo, y cuando extendí la mano para pagarle al conductor sentí que el estómago se me apretaba y la garganta se me comenzaba a cerrar... tomé el cambio olvidándome de musitar un "Gracias" y sali hacia el restaurante. Había tomado el extraño hábito de llegar mucho antes de la hora de la cita... y, me funcionaba de momento.
Dí mi nombre y los camareros muy gentilmente me condujeron a la mesa... antes de que uno de ellos se marchara pude detenerlo por el brazo y pedirle en un susurro una copa de vino antes de que mi cita llegara. El accedió y con la misma buena voluntad se quedó al lado de mi mesa mientras me acababa la copa de un sorbo desesperado... Sí, me encontraba nerviosa.
El camarero se llevó la copa vacía, y un adelanto de su propina, que era el cambio que tenía del taxi y luego me quede en silencio en la mesa repasando todos los puntos del acuerdo que debía cerrarse hoy...
Sólo tuve unos buenos 5 minutos de preparación cuando de repente aparecio el señor Bruce Jackson por el umbral del salón y se dirigió a la mesa, extendí la mano para estrechársela pero su gesto me sorprendio e inevitablemente me sonrojé, por suerte la tenue luz del restaurante haría que aquello sea menos perceptible.

- Buenas noches señor Jackson... igualmente es un placer -

Correspondí el saludo contanto mentalmente hasta 3 entre frases, cuando estaba nerviosa tendía acelerarme mucho.

- Aún no pedí la comida, suelo tener mala suerte al decidirme por un plato asi que prefiero esperar la compañía, de momento el vino será buen aperitivo -

Una sonrisa sincera se dibujo en mis labios y rápidamente fue seguida por una risita cuando comentó lo de las hamburguesas... Aquello hizo que la presión en mi estómago y garganta se aligerara un poco... No era el tipo de "hombres de negocios" que mi padre frecuentaba en su mayoría, otros tratos que habían sido similares fueron con personas que registraban a la otra de pies a cabeza, se fijaban en absolutamente todo y mientras más dinero se derrochara en una noche, era sinónimo de más riqueza para ellos... Bruce Jackson no lucía como ese tipo de empresarios.

- Me agradaría que nos hablaramos de tú, Bruce, hace que me sienta más cómoda... -

Mordí mis labios al finalizar aquella frase. Era algo que había pensado y automáticamente había salido de mis labios... De acuerdo, sí, estaba más cómoda, pero no por ello debía confiarme y empezar a hablar con él como si fuéramos amigos cercanos.
Y, bueno, sabía que no tenía motivos para desconfiar... mi padre me había enseñado muy bien con quién sí contar y con quién no. Bruce Jackson era una de las personas que hacía sonreír a mi papá como si estuviera hablando de un hijo perdido, y eso sólo podía ser bueno ¿No?.

- ...¿Quisieras pedir la comida antes? ¿O hablabas en serio respecto a lo de las hamburguesas? Conozco un buen lugar -

Sonreí. Todo era cierto... pero en caso de que fuera una broma, yo también podía disimularlo... Debía estar preparada para todo, incluso para un ceño fruncido y un tono de voz profundo y muy profesional.