Searchin' for fun (Aleksey Kerzhakov)

La vida se volvía aburrida, bueno al menos desde su perspectiva, sin embargo tendría que buscar la forma de perder el tiempo sin enloquecer.
Tomo una ducha y estaba dispuesta a salir, pero con la socialité a la que había sido sometida, sino que estaba en busca de ese extra... Ese plus que le daría la diversión que la ponía realmente... ansiosa.
Al salir miró detenidamente el closet, no se trataba de llamar la atención, al contrario pasar desapercibida, un par de jeans, una blusa coqueta y una chamarra con capucha haría el favor.

Emprendió camino por la ciudad, claro en esas ocasiones "especiales" sabía las calles en las cuales podría andar sin ser reconocida, entre sombras y luces tenues, caminaba con las manos entre los bolsillos del suéter, en los cuales traia un par de cajas de cerillos, el sonido del choque de la madera, contra el cartón la mantenía tranquila en vez de exasperarla.

Su mente se detuvo ante un lugar que le llamó la atención una taberna, donde parecía el lugar idóneo para pasar un rato, quizás tomar algo y divertirse a su manera. Una sonrisa perversa se dibujo en su rostro, entró al lugar sin dudarlo dos veces, dirigiendose a la barra. Se trataba de un lugar meramente horrendo, sucio y donde quizás no debió haber entrado.

La atendieron rápidamente y de la misma forma su vaso quedó vacio. Suspiro y pidió otra bebida, el vodka era su preferido, sin embargo en un día tan aburrido, incluso el alcohol le daba igual. El ambiente parecía taciturno en el lugar, al final del pasillo, había una rokola, que parecía abandonado, se encogió de hombros y sin más se decidió a poner una canción. Algo de punk para animar sus emociones, Nirvana era la selección correcta, la singular pieza de "Rape Me", no porque ella lo necesitará, pero funcionaría como un perfecto catalizador para lo que planeaba.

Después de un momento de cantar para si misma la pieza, se sintió observada, era esa sensación extraña, como si alguien estuviera esperandola, una sonrisa apareció en su rostro, era esa satisfacción que le causaba al darse cuenta que llamaba la atención. No sabía de donde venía la mirada, la capucha de su suéter le tapaba un poco la visión y ella prefería que el asunto siguiera así.

Sus manos se posaron de nuevo en los bolsillos del suéter, tenía la ansiedad de otros días, había sido una semana estresante en Los Ángeles y necesitaba desquitarse, sin embargo este no era el lugar para hacerlo y no estaba lo suficientemente ebria como para mal justificarse, pidió un trago más.