We'll paint the future black — (0/1)

Sid y Nancy. Bonnie y Clyde. No, no y no. Ellos son Miss Jackson y Mr. (Inserte Nombre). La pareja que poco a poco irá sembrando terror en la ciudad de New York.

Todo comienza aquella tarde cuando Evangeline tenía tan sólo 15 años y él 17. La observaba, siempre la observaba. Tan refinada, tan adinerada, tan perfecta y él... un pobre diablo que vivía de vender drogas y robar. Él es un muchacho de clase baja, cuyos padres disfrutaban al torturarlo y que huyó de su hogar a la joven edad de once años. Estaba obsesionado con ella. Y aquella tarde la observó todo el día en la biblioteca, hasta que se hizo la noche. La siguió. La atrapó. Y, finalmente, la violó. Lo logró, Evangeline Jackson fue suya por unos momentos. Pero no fue lo que esperaba, sino mejor. Porque ella no se resistió, ella se entregó. Se desacató. Follaron como animales, dura y salvajemente. Como si Evangeline hubiera estado deseando eso. A partir de ese momento, -Inserte nombre- pasó a ser un obseso enfermo. Evangeline Jackson se transformó en su enfermedad, su droga, su adicción.

Fue su primer y mejor cliente cuando descubrió el negocio de prostitución que se había montado la castaña. A ella le entregó todo, pues no le importaba nada más que ella. Su diosa. Y él la vio. La vio el día de La Purga en el que asesinó a su propia familia a sangre fría. Escuchó, mientras espiaba desde la ventana, las confesiones de sus crímenes. Y se excitó, se masturbó escuchando la risa maniática de Evangeline mientras ella descuartizaba a sus familiares.

Volvió a ella una y otra vez. Hasta que se lo confesó. Todo. Su obsesión, aquella noche, lo que había visto durante la última Purga... Y todo salió mejor de lo que él esperaba. Evangeline se le tiró encima como león sobre su presa. Todo el día y toda la noche pasaron así, sin hablar, follando sin parar. Finalmente, luego de que Evangeline estuvo satisfecha, tenía dos opciones. Matarlo o mantenerlo a su lado. Por alguna extraña razón, escogió la segunda.

Ahora, son una pareja explosiva. Violan y matan a diestra y siniestra, sin escrúpulos ni miramientos. Él detesta ver cómo Evangeline tiene sexo con otros hombres, pues tiene un enorme sentimiento de pertenencia sobre ella, por lo que la posee con brutalidad cada vez que un hombre deja su cama. Y eso a ella le encanta. Están enfermos, están obsesionados el uno con el otro. Quieren ser leyendas, Evangeline ya tiene su nombre, "Arrancacorazones", lo que él quiere es que creen uno para denominarlos a ambos.

Evangeline es suya. Y de nadie más. Es un sentimiento que crece con el pasar de los días. Sentimiento que lo vuelve cada vez más enfermo. La ama, la adora, la idolatra, besa el suelo que pisa... pero a la vez, cree que es una maldita puta, a la cual golpea cada vez que el otro hombre se va. Porque ella es de él. Y le tiene que quedar claro.

Evangeline lo ve como una mascota, como un aprendiz. Si ella fuese Batman, él sería Robin. Y para ella, Robin siempre fue un inútil. Sin embargo ama sus golpes y sus arrebatos. Ama cuando la trata mal, cuando la hace volar por los aires y cuando le da tan duro que hace que sangre. Evangeline lo necesita, sólo que no lo sabe.