The Dead Ones - Af. Normal - Vampiros, licantropos y más.

Dicen que todo comenzó como un simple brote, que hasta el más mínimo compartir simultáneo de espacio era capaz de infectarte. Para convertirte en tus más grandes temores: el mal. La realidad es que nadie sabe a ciencia a cierta cómo comenzó, hay muchos libros escritos, muchos orígenes ficticios, pero todo ha quedado en simples fantasías. Una invención de la grandilocuente mente humana. Ellos, y su existencia, quedaron relegados a la nada. A un sueño que morirá una vez abras los ojos y te enfrentes a la vida real.

Oh, qué falsa ilusión aquella. Los Vampiros han existido desde el principio de los tiempos, el cómo y el por qué nunca serán tan importantes cómo lo que vino después de su creación. Ellos, caminantes de entre las sombras, muertos vivientes, oscuridad y luz. No son como los han mostrado en las películas o en los libros. Los vampiros no son amigables, no se desviven por amor... ellos sólo quieren satisfacer su necesidad. Tomar tu sangre y hasta el último aliento que en tu cuerpo haya. Ellos comen y matan al mismo tiempo. Están por encima de la cadena alimenticia. Son los depredadores.

Animales que la civilización ha amortiguado... hasta que eso ha llegado. Empezó como un simple rumor en la sociedad vampírica, un cuento que las madres licántropos inventaban para que sus cachorros no salieran a altas horas de la noche de su resguardo, un mito que fue llevado muchas veces a los libros. Nadie sabe qué es ni cómo es su nombre, pero muchos le llaman La Niebla Carmesí. No es una niebla rojiza como algunos se imaginan o cuentan, es simplemente niebla. Un humo grisáceo de profundidad que impide que puedas ver más allá de un kilómetro si eres sobrenatural y que tiene un efecto nocivo para los vampiros... los enferma.

Y es una enfermedad mortífera, consume el raciocinio, o lo que queda de él, convirtiéndolo en la bestia que en un tiempo fue. Sed de sangre, locura carmesí. No distingue a nadie, no le importa nadie salvo satisfacer la terrible hambre que lo consume. Lo vuelve loco, sediento, un monstruo. El brote de Locura Carmesí ha empezado en la remota Alaska, expandiéndose a sus ciudades y más allá de Estados Unidos. El Consejo Vampírico ha decretado un Estado de Alerta Máxima. Los Licántropos están más pendientes que nunca, suceptibles a la mínima provocación, dispuestos a arrancar la cabeza de cualquier vampiro... Y la Soberana Orden de Malta ha empezado a afilar sus cuchillos.

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