The Purge
Que el señor bendiga a los nuevos gobernantes porque dejan que purifiquemos y limpiemos nuestras almas, Dios bendiga a Estados Unidos, una nación renacida.
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Todas las imágenes utilizadas en el diseño fueron extraídas de sitios como Tumblr, Google imágenes y editadas por Zack. La historia estuvo a cargo de Ginevra con la colaboración de Alexander, ésta es una IDEA ORIGINAL adaptada de la película "The purge" Derechos Reservados. Todas las imágenes e historias alojadas son propiedad de los administradores y los usuarios registrados y no se puede hacer uso de ellos sin el consentimiento de los propietarios. Cualquier falta sera notificada a foro activo. The Purge by Gin & Alex is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported License.
Entre pizza y cerveza - Vero
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Entre pizza y cerveza - Vero
Estaba más nervioso de lo habitual, se acercaba la siguiente purga y eso me ponía de los nervios. Eran los días que peor dormía, los previos, dónde los recuerdos se me acumulaban en la cabeza y estaba más irascible de lo normal. No encontraba la manera de acabar con esa maldita purga, de hacer algo para que se erradicase y eso me sacaba de quicio. Seguía echando de menos a Christopher, pero ya no era tanto como antes. Suponía que el amor también había ido muriendo, me había quedado con los buenos momentos, pero esa persona ya no existía y por más que me jodiera, debía seguir adelante. Eso no significaba que no quisiera venganza y justicia. Que cada día que pasara no odiara más a los políticos que no hacían nada, a la gente que apoyaba a la purga y toda esa mierda. Tenía la gran suerte de contar con amigos que me hacían más llevadera toda aquella situación, y en especial, con Verónica. Ella era o había sido compañera de mi novio durante el tiempo que él había estado en el cuerpo de policía, ellos eran grandes amigos, y aunque al principio no había demasiada buena relación entre ambos, ahora nos habíamos unido muchísimo más.
No podía negar que entre nosotros habían piques, sobre todo a la hora de hacer frente a la situación, ella era mucho más directa, yo era de los que creía que la defensa era el mejor ataque. Se podía ver como que actuaba de forma más pasiva, y eso nos llevaba a algunos desacuerdos, sin embargo ambos queríamos lo mismo, y unidos éramos mucho más fuertes, aunque sólo fuéramos dos mocos contra la purga. Ella me protegía siempre, y debía reconocer que me sentía más seguro con ella al lado. Sería la primera purga que iba a pasar sin Christopher, bueno, la primera que hubo tampoco es que hubiera estado a mi lado porque él salió a la calle a hacer frente, y ese fue su error. Me culpaba por no haberle convencido de que se quedara en casa, pero con el tiempo, había aprendido a sobrellevar eso y a culparle a él también, aunque no fuera bien visto, ya que culpar a un muerto de algo quedaba feo, pero él tenía su parte de culpa. Aún así, la gran responsabilidad recaía sobre los que habían acuñado la purga y sobre los que la permitían y practicaban.
Había llamado a Verónica para que aquella noche viniera a casa, una típica cena de comida basura y cerveza, no me apetecía cocinar, aunque si a ella no le apetecía pedir unas pizzas pues me tocaría meterme en la cocina. Recogí un poco la casa antes de que ella llegara, la verdad es que se me había quedado algo grande para mí solo, por eso intentaba pasar el menor tiempo posible, porque tenía la sensación de que si me quedaba mucho tiempo bajo ese techo se me caería encima. Miré el reloj esperando que pasaran los minutos rápidamente y que sonara el timbre, siempre que me quedaba solo, y aunque no fueran días de purga, echaba la llave y el cerrojo. No me podía permitir un sistema de seguridad demasiado bueno, pero algo hacía. Mi próxima inversión serían cristales reforzados, y sabía que eso me iba a costar una pasta, pero si me faltaba dinero, tendría que recurrir a mi padre. Entonces, entre tanto pensamiento escuché cómo llamaban a la puerta, así que casi corriendo fui a abrir la puerta, no sin antes mirar por la mirilla y comprobar que era Vero. Tardé un poco entre que quitaba el cerrojo y abría con llave. Una vez que abrí del todo sonreí al verla cara a cara. Le di un fuerte abrazo y la hice pasar. -¿Cómo estás?- Pregunté cerrando la puerta tras nosotros y de nuevo aquel ritual de siempre. Me sentía más seguro con la llave echada. -Espero que no te importe que pidamos unas pizzas, no me apetece cocinar, aunque si no quieres puedo hacer cualquier cosa.- Le dije sin más, había confianza entre nosotros. Siempre le había dicho que aquella era como su casa. -¿Te apetece una cerveza?- Pregunté antes que nada, me gustaba que mis invitados estuvieran cómodos. Había cambiado un poco la decoración desde la última vez que estuvo aquí, antes había más huella de Chris en la casa, pero me había acabado consumiendo y ahora de las pocas cosas visibles que quedaban era una foto nuestra y el cuadro de Nueva York que a él tanto le gustaba colgado en la pared dónde estaba el sofá.
No podía negar que entre nosotros habían piques, sobre todo a la hora de hacer frente a la situación, ella era mucho más directa, yo era de los que creía que la defensa era el mejor ataque. Se podía ver como que actuaba de forma más pasiva, y eso nos llevaba a algunos desacuerdos, sin embargo ambos queríamos lo mismo, y unidos éramos mucho más fuertes, aunque sólo fuéramos dos mocos contra la purga. Ella me protegía siempre, y debía reconocer que me sentía más seguro con ella al lado. Sería la primera purga que iba a pasar sin Christopher, bueno, la primera que hubo tampoco es que hubiera estado a mi lado porque él salió a la calle a hacer frente, y ese fue su error. Me culpaba por no haberle convencido de que se quedara en casa, pero con el tiempo, había aprendido a sobrellevar eso y a culparle a él también, aunque no fuera bien visto, ya que culpar a un muerto de algo quedaba feo, pero él tenía su parte de culpa. Aún así, la gran responsabilidad recaía sobre los que habían acuñado la purga y sobre los que la permitían y practicaban.
Había llamado a Verónica para que aquella noche viniera a casa, una típica cena de comida basura y cerveza, no me apetecía cocinar, aunque si a ella no le apetecía pedir unas pizzas pues me tocaría meterme en la cocina. Recogí un poco la casa antes de que ella llegara, la verdad es que se me había quedado algo grande para mí solo, por eso intentaba pasar el menor tiempo posible, porque tenía la sensación de que si me quedaba mucho tiempo bajo ese techo se me caería encima. Miré el reloj esperando que pasaran los minutos rápidamente y que sonara el timbre, siempre que me quedaba solo, y aunque no fueran días de purga, echaba la llave y el cerrojo. No me podía permitir un sistema de seguridad demasiado bueno, pero algo hacía. Mi próxima inversión serían cristales reforzados, y sabía que eso me iba a costar una pasta, pero si me faltaba dinero, tendría que recurrir a mi padre. Entonces, entre tanto pensamiento escuché cómo llamaban a la puerta, así que casi corriendo fui a abrir la puerta, no sin antes mirar por la mirilla y comprobar que era Vero. Tardé un poco entre que quitaba el cerrojo y abría con llave. Una vez que abrí del todo sonreí al verla cara a cara. Le di un fuerte abrazo y la hice pasar. -¿Cómo estás?- Pregunté cerrando la puerta tras nosotros y de nuevo aquel ritual de siempre. Me sentía más seguro con la llave echada. -Espero que no te importe que pidamos unas pizzas, no me apetece cocinar, aunque si no quieres puedo hacer cualquier cosa.- Le dije sin más, había confianza entre nosotros. Siempre le había dicho que aquella era como su casa. -¿Te apetece una cerveza?- Pregunté antes que nada, me gustaba que mis invitados estuvieran cómodos. Había cambiado un poco la decoración desde la última vez que estuvo aquí, antes había más huella de Chris en la casa, pero me había acabado consumiendo y ahora de las pocas cosas visibles que quedaban era una foto nuestra y el cuadro de Nueva York que a él tanto le gustaba colgado en la pared dónde estaba el sofá.
L. Zackary Harper-
Mensajes : 69
Re: Entre pizza y cerveza - Vero
Ultimamente el trabajo se había acumulado en la oficina, sobretodo por el pequeño cambio que había solicitado, digamos que a unos meses de estar en su nuevo puesto aún no se acostumbraba a ello.
El turno termino y se sintió completamente feliz de que hubiera llegado esta parte del día, se dirigió a casa a descansar un momento, justo cuando se preguntaba cual sería la mejor opción para invertir su viernes por la noche, recibió la llamada de Zack, una sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar la invitación.
Su amistad con el músico era una gran ironía si lo planteaban desde el punto que comenzaron con el pie izquierdo, recordar aquellos días sin duda ahora era un asunto realmente curioso, porque no sólo era la cuestión de que eran casi como hermanitos, sino que ella debía protegerle ahora.
Bien.. supongo... -asintió por un momento, un poco abrumada por ese tema, su tono de voz era calmo, como siempre- Y tu como has estado?... -pregunto mientras entraba a la casa de Zack, la cual parecía un poco diferente, ya era un tiempo desde la última vez que estuvo aquí.
La morena sonrió ante la sugerencia- Mientras la pizza sea de pollo con tocino no hay problema- tomo asiento en el sofá, la casa de el, era como su segundo hogar, aquí habían sucedido una serie de cosas que sin más habían cambiado la perspectiva de Veronica acerca de la vida y el mundo.
Tan temprano y ya me vas a emborrachar... - murmuro entre risas- Pero bueno, una no vendrá nada mal a mi sistema.. -sonrió y sin más se levantó hacia la cocina.
Cuéntame Zack... ¿Como has estado?... - busco tomar de sus manos y mirarlo a los ojos, ella sabía que Zack la entendería, no tenía que hacer las preguntas una por una, era en general, emocionalmente, laboralmente.
El turno termino y se sintió completamente feliz de que hubiera llegado esta parte del día, se dirigió a casa a descansar un momento, justo cuando se preguntaba cual sería la mejor opción para invertir su viernes por la noche, recibió la llamada de Zack, una sonrisa se dibujo en su rostro al escuchar la invitación.
Su amistad con el músico era una gran ironía si lo planteaban desde el punto que comenzaron con el pie izquierdo, recordar aquellos días sin duda ahora era un asunto realmente curioso, porque no sólo era la cuestión de que eran casi como hermanitos, sino que ella debía protegerle ahora.
Bien.. supongo... -asintió por un momento, un poco abrumada por ese tema, su tono de voz era calmo, como siempre- Y tu como has estado?... -pregunto mientras entraba a la casa de Zack, la cual parecía un poco diferente, ya era un tiempo desde la última vez que estuvo aquí.
La morena sonrió ante la sugerencia- Mientras la pizza sea de pollo con tocino no hay problema- tomo asiento en el sofá, la casa de el, era como su segundo hogar, aquí habían sucedido una serie de cosas que sin más habían cambiado la perspectiva de Veronica acerca de la vida y el mundo.
Tan temprano y ya me vas a emborrachar... - murmuro entre risas- Pero bueno, una no vendrá nada mal a mi sistema.. -sonrió y sin más se levantó hacia la cocina.
Cuéntame Zack... ¿Como has estado?... - busco tomar de sus manos y mirarlo a los ojos, ella sabía que Zack la entendería, no tenía que hacer las preguntas una por una, era en general, emocionalmente, laboralmente.
Veronica Allen-
Mensajes : 18
Re: Entre pizza y cerveza - Vero
Mientras estaba recogiendo, vi que había dejado las partituras de una de mis canciones, una que hablaba de Christopher. La compuse justo cuando pasó todo, como una manera de aliviar mi alma, y ahora que veía aquellas notas no provocaban en mí lo mismo que antaño. Ya no era lo mismo, y hacía muchísimo tiempo que había dejado de tocarla. Guardé aquellos papeles en el armario, esperando no acordarme nunca más de que estaban allí. Cuando menos cuenta quise darme, Vero ya estaba allí.
Tras abrirle la puerta y preguntarle lo importante la dejé pasar. -¿Supones? ¿Qué ocurre?- Pregunté alzando una ceja mientras la veía pasar dentro. -Bien... trabajando y eso...- Comenté casi en un murmullo de voz, encogiéndome de hombros. Me había dejado preocupado el hecho de que contestara con un "bien, supongo". No sabía qué le podía haber pasado, bueno, sabía que ninguno de los dos estaba bien del todo después de lo que le había pasado a Chris, pero, de alguna manera u otra había que rehacer nuestra vida.
Asentí ante su petición y fui en busca del teléfono para hacer el pedido de las pizzas. Cuando colgué le ofrecí aquella cerveza. No pude evitar reír ante su comentario. -Siempre intento emborracharte, a ver si algún día lo consigo.- Le guiñé el ojo sonriendo de lado mientras me dirigía hacia la cocina a por un par de cervezas. Y de nuevo aquella pregunta. Miré nuestras manos y luego la miré a ella. Era alguien que no contaba sus problemas así como así, sin embargo, con ella era diferente. -Creo que... empiezo a olvidarle.- Tragué saliva sin saber cómo se iba a tomar aquello. -Siento que dejo de extrañarle cada vez más, y no sé cómo me hace sentir eso.- Agaché la mirada y me solté de sus manos. Abrí la nevera y saqué un par de cervezas. -Me he refugiado en el trabajo desde que lo asesinaron, no hago otra cosa y a veces me pregunto si es eso lo que debo hacer...- Suspiré negando con la cabeza. Abrí la cerveza y le di un gran trago. -Y encima cada vez tengo menos esperanzas de poder acabar con la purga...- Dejé la cerveza sobre la encimera de la cocina mientras la miraba fijamente.
Tras abrirle la puerta y preguntarle lo importante la dejé pasar. -¿Supones? ¿Qué ocurre?- Pregunté alzando una ceja mientras la veía pasar dentro. -Bien... trabajando y eso...- Comenté casi en un murmullo de voz, encogiéndome de hombros. Me había dejado preocupado el hecho de que contestara con un "bien, supongo". No sabía qué le podía haber pasado, bueno, sabía que ninguno de los dos estaba bien del todo después de lo que le había pasado a Chris, pero, de alguna manera u otra había que rehacer nuestra vida.
Asentí ante su petición y fui en busca del teléfono para hacer el pedido de las pizzas. Cuando colgué le ofrecí aquella cerveza. No pude evitar reír ante su comentario. -Siempre intento emborracharte, a ver si algún día lo consigo.- Le guiñé el ojo sonriendo de lado mientras me dirigía hacia la cocina a por un par de cervezas. Y de nuevo aquella pregunta. Miré nuestras manos y luego la miré a ella. Era alguien que no contaba sus problemas así como así, sin embargo, con ella era diferente. -Creo que... empiezo a olvidarle.- Tragué saliva sin saber cómo se iba a tomar aquello. -Siento que dejo de extrañarle cada vez más, y no sé cómo me hace sentir eso.- Agaché la mirada y me solté de sus manos. Abrí la nevera y saqué un par de cervezas. -Me he refugiado en el trabajo desde que lo asesinaron, no hago otra cosa y a veces me pregunto si es eso lo que debo hacer...- Suspiré negando con la cabeza. Abrí la cerveza y le di un gran trago. -Y encima cada vez tengo menos esperanzas de poder acabar con la purga...- Dejé la cerveza sobre la encimera de la cocina mientras la miraba fijamente.
L. Zackary Harper-
Mensajes : 69
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Miér Oct 21, 2015 1:34 am por Alexander Masson
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Dom Dic 14, 2014 2:30 am por Invitado
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