The Purge
Que el señor bendiga a los nuevos gobernantes porque dejan que purifiquemos y limpiemos nuestras almas, Dios bendiga a Estados Unidos, una nación renacida.
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After a Long Time [Zackary] +18
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The Purge :: Estados Unidos :: Nueva York :: Negocios
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After a Long Time [Zackary] +18
Ya era de tarde ese día jueves y las cosas en la oficina de Nathan Rothschilde en la compañía financista de su familia no parecían estar de la mejor manera. El escritorio estaba lleno de papeles y carpetas y el rubio pasaba una rápida ojeada por cada una de ellas. Demasiados casos. Demasiados estúpidos clientes que se sentían lo suficientemente importantes como para hacerle juicio a la compañía con posibilidades de éxito ¡Já! ¿Quiénes se creían que eran esos bobos? Nada más ceros a la izquierda que se daban una importancia desmesurada. Nathan ya había logrado resolver satisfactoriamente muchas de las carpetas con casos del día. En cada una de ellas había adoptado distintas estrategias legales para librar a la compañía de cualquier responsabilidad legal o cualquier tipo de problema judicial. Su paso por la escuela de leyes había sido de lo más fructífero y, aunque la había abandonado para dedicarse a otros negocios, mucho más turbios, aún así había seguido instruyéndose en leyes y en asuntos jurídicos, porque sabía que le sería muy útil en el futuro.
En ese momento dejó las carpetas a un lado, ya muy cansado de andar con eso. Mañana terminaría todo, estaba seguro. En ese momento, sonó el pitido del intercomunicador y luego la voz de su secretaria a través del aparato.
- Señor Rothschilde. Tiene visitas. Aquí hay un joven llamado Zackary Harper que desea verlo ¿Lo dejo entrar?
Harper... ¿El mismo Harper que había sido su amigo y se había mudado a Los Angeles? ¿El mismo Harper al que él había violado hace mucho, mucho tiempo? Sonrió de costado.
- Si, que pase.
Quería irse del trabajo ya, pero atender un poco a Harper y ver que había sido de su vida no le vendría nada mal. Agobiado por tanta ropa, Nate se quitó la chaqueta negra, quedando solo con la camisa blanca, ajustada a su musculado torso, la corbata negra y los pantalones.
En ese momento dejó las carpetas a un lado, ya muy cansado de andar con eso. Mañana terminaría todo, estaba seguro. En ese momento, sonó el pitido del intercomunicador y luego la voz de su secretaria a través del aparato.
- Señor Rothschilde. Tiene visitas. Aquí hay un joven llamado Zackary Harper que desea verlo ¿Lo dejo entrar?
Harper... ¿El mismo Harper que había sido su amigo y se había mudado a Los Angeles? ¿El mismo Harper al que él había violado hace mucho, mucho tiempo? Sonrió de costado.
- Si, que pase.
Quería irse del trabajo ya, pero atender un poco a Harper y ver que había sido de su vida no le vendría nada mal. Agobiado por tanta ropa, Nate se quitó la chaqueta negra, quedando solo con la camisa blanca, ajustada a su musculado torso, la corbata negra y los pantalones.
Nathan P. Rothschilde-
Mensajes : 43
Re: After a Long Time [Zackary] +18
Hacía un par de días que había llegado a Nueva York, ya había ido a ver a Gine, y bueno, aún me quedaban puertas que cerrar definitivamente y una de ellas era Nate. Quería olvidar de una puta vez al cabrón que me violó, al que había hecho que como gilipollas cayera una y otra vez en su juego, cuando él quería, pero se acabó. Aquello se debía acabar de una vez. Creí que mi novio me ayudaría a ello, como que tener pareja estable haría que me olvidara de Nate, pero en realidad no era así. Había sido muy feliz con mi novio, pero el pasado estaba ahí. Tenía que dejar de pensar en Nate, en lo que había hecho y en creer que entre él y yo había ni la más mínima amistad. Porque desde luego que no había nada cuando había sido capaz de hacerme lo que me hizo. Y en realidad yo tenía la culpa de que aquello sucediera una y otra vez, porque yo mismo había acabado cediendo. Así que, estaba enfadado conmigo mismo y con él. Siempre era de los que pensaba que la gente tenía cosas buenas, que no todos eran tan malos, pero Nate rompía todos mis esquemas siempre. Cuando pensaba que no podía ser peor, ahí estaba él.
Hacía ya tiempo que no lo veía, quizás hubiera cambiado. Tenía mis dudas, si no había cambiado antaño, no habría cambiado ahora. Decidí que era momento de ir a verle y allí me encontraba en su trabajo, esperando que su secretaria me diera paso. No tardó mucho, y sonreí como idiota cuando supe que Nate accedió a verme. "Joder estúpido" Borré la sonrisa inmediatamente y me puse serio. Intenté mantener una posición fría. Su secretaria me abrió las puertas, me hizo pasar y luego las cerró tras de mí. -Hola.- Dije serio mientras me cruzaba de brazos y me quedaba allí de pie. Mi mirada era de odio, aunque mi cuerpo me impulsaba a acercarme a él sin importar nada más. No, no podía ser así. Me mantuve distante, mientras la distancia se interpusiera entre nosotros no habría problemas. -¿Qué tal? veo que te va bien...- Dije mirando a mí alrededor sin descruzar mis brazos hasta que mis ojos se posaron nuevamente en él. -Cuánto tiempo... ¿Sigues igual?- Pregunté sonriendo de lado caminando hacia un lado hasta quedarme frente a su escritorio.
Empecé a pasearme entonces por la estancia mirando más detenidamente todo lo que allí se encontraba. -¿Cuántas van?- Pregunté con cierta acidez y dolor. Volví a fijar mis ojos azules en él. Ni si quiera me había percatado hasta entonces de que su camisa era bastante ajustada marcando su torso. "Cabrón" Pensé. Aquello era una guerra psicológica, pero esta vez no estaba dispuesto a perder. No me daba la gana que él se saliera con la suya y darle la razón en cuanto a que no podía retenerme cuando se trataba de él. -Sabes... me he dado cuenta de una cosa...- Volví a empezar a caminar por el sitio de un lado al otro. -Crees que puedes hacer conmigo lo que te da la gana. Si he venido aquí es para decirte y dejar claro de una vez, que eso no va a volver a pasar. Debí denunciarte hace tiempo. He venido simplemente a despedirme de ti de una vez por todas.- En realidad no tenía ni por qué haber ido, simplemente con no volver a verle nunca más habría sido suficiente. -Y que espero que algún día te des cuenta de la mierda de tío que eres, he tenido suerte de conocer a otros a los que sí se les puede llamar hombres. ¿Pero tú? Tú no eres más que un acomplejado. ¿Dime qué pasa? ¿Tan resentido estás? Crees que no hay nadie que pueda rechazarte. Pues mira, aquí hay uno.- Sonreí cínicamente después de soltarle todo aquello. Sabía que no le iba a gustar nada, pero si no sacaba toda la mierda yo mismo moriría.
Hacía ya tiempo que no lo veía, quizás hubiera cambiado. Tenía mis dudas, si no había cambiado antaño, no habría cambiado ahora. Decidí que era momento de ir a verle y allí me encontraba en su trabajo, esperando que su secretaria me diera paso. No tardó mucho, y sonreí como idiota cuando supe que Nate accedió a verme. "Joder estúpido" Borré la sonrisa inmediatamente y me puse serio. Intenté mantener una posición fría. Su secretaria me abrió las puertas, me hizo pasar y luego las cerró tras de mí. -Hola.- Dije serio mientras me cruzaba de brazos y me quedaba allí de pie. Mi mirada era de odio, aunque mi cuerpo me impulsaba a acercarme a él sin importar nada más. No, no podía ser así. Me mantuve distante, mientras la distancia se interpusiera entre nosotros no habría problemas. -¿Qué tal? veo que te va bien...- Dije mirando a mí alrededor sin descruzar mis brazos hasta que mis ojos se posaron nuevamente en él. -Cuánto tiempo... ¿Sigues igual?- Pregunté sonriendo de lado caminando hacia un lado hasta quedarme frente a su escritorio.
Empecé a pasearme entonces por la estancia mirando más detenidamente todo lo que allí se encontraba. -¿Cuántas van?- Pregunté con cierta acidez y dolor. Volví a fijar mis ojos azules en él. Ni si quiera me había percatado hasta entonces de que su camisa era bastante ajustada marcando su torso. "Cabrón" Pensé. Aquello era una guerra psicológica, pero esta vez no estaba dispuesto a perder. No me daba la gana que él se saliera con la suya y darle la razón en cuanto a que no podía retenerme cuando se trataba de él. -Sabes... me he dado cuenta de una cosa...- Volví a empezar a caminar por el sitio de un lado al otro. -Crees que puedes hacer conmigo lo que te da la gana. Si he venido aquí es para decirte y dejar claro de una vez, que eso no va a volver a pasar. Debí denunciarte hace tiempo. He venido simplemente a despedirme de ti de una vez por todas.- En realidad no tenía ni por qué haber ido, simplemente con no volver a verle nunca más habría sido suficiente. -Y que espero que algún día te des cuenta de la mierda de tío que eres, he tenido suerte de conocer a otros a los que sí se les puede llamar hombres. ¿Pero tú? Tú no eres más que un acomplejado. ¿Dime qué pasa? ¿Tan resentido estás? Crees que no hay nadie que pueda rechazarte. Pues mira, aquí hay uno.- Sonreí cínicamente después de soltarle todo aquello. Sabía que no le iba a gustar nada, pero si no sacaba toda la mierda yo mismo moriría.
L. Zackary Harper-
Mensajes : 69
Re: After a Long Time [Zackary] +18
El rubio Rothschilde hizo un gesto de saludo con la cabeza ante el saludo de Zackary. Era extraño verlo allí después de tanto tiempo. Después de todo, Nate sabía que su amigo había decidido mudarse a LA con su novio. Su novio... La sola idea de que Harper hubiera tenido un novio le hacía reír. El solo concepto de "noviazgo" le provocaba eso. Él, Nathan, estaba con Angee, pero en ningún momento la relación entre los dos podía ser considerada como un "noviazgo", era algo que iba bastante más allá de eso. El pacto de sangre que habían hecho cuando se habían conocido hace algún tiempo ya era prueba cabal de eso.
Y fue en ese momento que Harper comenzó con una retahíla de acusaciones, insultos velados y cosas por el estilo. Era una batería incesante. Nathan estaba de lo más tranquilo escuchandolo, con los codos sobre el escritorio y las manos bajo el mentón. Bla. Bla bla. Bla bla bla... En el preciso momento en que Harper hablaba, su mente pareció abandonar su cabeza y el lugar y situación y se puso a pensar en los enormes y deliciosos senos de Angee Myeers. Mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo que Harper habló para no romper sus pensamientos y, cuando por fin dejó de escuchar la molesta voz del otro, cual música de fondo, volvió a abrir los ojos y a centrarse en el aquí y ahora.
- ¿Ya terminaste, Zackary? - arqueó una ceja para luego observarle burlón y echar una intensa carcajada, comenzó a reír a mandíbula batiente y tuvo que llevarse una mano al abdomen porque el vientre amenazaba con dolerle de tanta risa. Con la mano libre se enjugó las lágrimas de risa para luego negar con la cabeza. - Tantos años y no has cambiado ni un ápice. No es la primera vez que tenemos una charla de éste estilo. - sonrió de costado, no sin malicia para decir - Honestamente, creí que serías feliz con tu noviecito en Los Angeles y ya ¿Es que tu querido y bien ponderado "amor" no ha podido sacarme de tu mente, eh? ¿O es que acaso a tu novio le pasó algo trágico en la última Purga? - se quedó observando atentamente la expresión de Harper, en especial ante ese, su último comentario y no pudo evitar sonreír de manera algo macabra - ¿Qué? ¿En verdad le pasó algo? Oh, pobre, pobre pequeño Zack... - hizo un poco atrás la silla, aún manteniéndose sentado y se palmeó la zona de las rodillas - Ven, pequeño Zacky... Siéntate en las rodillas de papá. - mencionó, aún bromeando y riendo.
Y fue en ese momento que Harper comenzó con una retahíla de acusaciones, insultos velados y cosas por el estilo. Era una batería incesante. Nathan estaba de lo más tranquilo escuchandolo, con los codos sobre el escritorio y las manos bajo el mentón. Bla. Bla bla. Bla bla bla... En el preciso momento en que Harper hablaba, su mente pareció abandonar su cabeza y el lugar y situación y se puso a pensar en los enormes y deliciosos senos de Angee Myeers. Mantuvo los ojos cerrados todo el tiempo que Harper habló para no romper sus pensamientos y, cuando por fin dejó de escuchar la molesta voz del otro, cual música de fondo, volvió a abrir los ojos y a centrarse en el aquí y ahora.
- ¿Ya terminaste, Zackary? - arqueó una ceja para luego observarle burlón y echar una intensa carcajada, comenzó a reír a mandíbula batiente y tuvo que llevarse una mano al abdomen porque el vientre amenazaba con dolerle de tanta risa. Con la mano libre se enjugó las lágrimas de risa para luego negar con la cabeza. - Tantos años y no has cambiado ni un ápice. No es la primera vez que tenemos una charla de éste estilo. - sonrió de costado, no sin malicia para decir - Honestamente, creí que serías feliz con tu noviecito en Los Angeles y ya ¿Es que tu querido y bien ponderado "amor" no ha podido sacarme de tu mente, eh? ¿O es que acaso a tu novio le pasó algo trágico en la última Purga? - se quedó observando atentamente la expresión de Harper, en especial ante ese, su último comentario y no pudo evitar sonreír de manera algo macabra - ¿Qué? ¿En verdad le pasó algo? Oh, pobre, pobre pequeño Zack... - hizo un poco atrás la silla, aún manteniéndose sentado y se palmeó la zona de las rodillas - Ven, pequeño Zacky... Siéntate en las rodillas de papá. - mencionó, aún bromeando y riendo.
Nathan P. Rothschilde-
Mensajes : 43
Re: After a Long Time [Zackary] +18
En cuanto empecé a hablar mi mente ya sabía que él ni si quiera me estuviera escuchando. Seguramente no me haría ni caso. A veces me preguntaba cómo podía haber sido amigo de alguien como él. Alguien tan asquerosamente hijo de puta. Le importaba una mierda la amistad, le importaba una mierda el daño que iba haciendo. ¿Qué se podía esperar de él? Si una vez confié en él cada vez estaba más lejos de eso. Porque con cada acción suya y cada comentario me daba más asco realmente. Quizás me había ido bien alejarme de Nueva York, porque una parte de mí ya no se sentía tan enganchado a él como antes. Y desde luego cada vez menos. Vale que yo había ido atacando, pero ingenuo de mí, seguía teniendo la esperanza de que un día entendiera las cosas. Sin embargo, no sería así, y cuánto más pasaba el tiempo más cuenta me daba de ello. Y cuando acabé de decirle todo, herido como me sentía, porque su sola presencia hacía que en mí se mezclaran muchos sentimientos. ¿Qué podía hacer con aquello? Joder... sólo necesitaba que mostrara un pequeño ápice de humanidad, no pedía nada más. No quería ni una maldita disculpa, simplemente con un "Lo entiendo" era suficiente. Pero no...
Cuando empezó a reírse le miré con verdadera pena. Me daba pena, realmente, ya había soltado toda la mierda y que se riera en mi cara no me jodía cómo podía haber sucedido tiempo atrás. No merecía la pena y me lo estaba demostrando una y otra vez. ¿Para qué continuar empeñado en algo que siempre sería igual? -No, no es la primera vez, pero será la última. Paso ya de todo esto...- Le dije desganado mirando levemente al suelo. Sin embargo, tocó el tema de mi novio. Alcé la mirada fijándola en él. Abrí mis ojos de par en par y mi boca se desencajó. -¿Cómo...?- Ni si quiera me dio tiempo a decir nada más que él ya se empezaba nuevamente a reír. -Eres un gilipollas.- Dije lleno de rabia cuando vi hacer aquel gesto infantil. -Cómo si te importara...- Murmuré negando con la cabeza y rodando los ojos. Caminé hacia él lentamente, sin embargo no me senté encima suyo, pasé por detrás. Acerqué mi boca a su oído pasando una mano por su pecho desde detrás. -No necesito que hagas como si te importara, me da igual que te rías de mí, si así sientes felicidad, bien por ti.- Le di una palmada en el pecho y me separé de él. -No entiendo por qué narices tienes que ser así... En serio... ¿de verdad te alegras de mi desgracia? ¿Es que una amistad no significa nada para ti?- Pregunté frunciendo el ceño sin saber por qué carajo era así conmigo, su supuesto amigo. Yo tenía motivos para estar cabreado, ¿pero él? ¿para reírse de mi dolor? -Hace un año que murió asesinado, para tú información. Y estuve muy enamorado de él, y aunque no te lo creas, no hubo un día que pasé con él que pensara en ti, no como crees.- Le confesé finalmente algo más tranquilo mientras me separaba completamente de él y me quedaba mirando por la ventana. -Joder... ¿cómo esperas que esté cuando eres así conmigo? Me violas y encima te ríes en mi cara, ¿no entiendes que estoy enfadado? Nunca he pretendido que te disculpes, a fin de cuentas... bueno... al final accedí. Pero...- Cerré mis ojos suspirando. -¿No entiendes que me duela?- Intenté razonar de alguna manera con él, supuse que en un último esfuerzo.
Cuando empezó a reírse le miré con verdadera pena. Me daba pena, realmente, ya había soltado toda la mierda y que se riera en mi cara no me jodía cómo podía haber sucedido tiempo atrás. No merecía la pena y me lo estaba demostrando una y otra vez. ¿Para qué continuar empeñado en algo que siempre sería igual? -No, no es la primera vez, pero será la última. Paso ya de todo esto...- Le dije desganado mirando levemente al suelo. Sin embargo, tocó el tema de mi novio. Alcé la mirada fijándola en él. Abrí mis ojos de par en par y mi boca se desencajó. -¿Cómo...?- Ni si quiera me dio tiempo a decir nada más que él ya se empezaba nuevamente a reír. -Eres un gilipollas.- Dije lleno de rabia cuando vi hacer aquel gesto infantil. -Cómo si te importara...- Murmuré negando con la cabeza y rodando los ojos. Caminé hacia él lentamente, sin embargo no me senté encima suyo, pasé por detrás. Acerqué mi boca a su oído pasando una mano por su pecho desde detrás. -No necesito que hagas como si te importara, me da igual que te rías de mí, si así sientes felicidad, bien por ti.- Le di una palmada en el pecho y me separé de él. -No entiendo por qué narices tienes que ser así... En serio... ¿de verdad te alegras de mi desgracia? ¿Es que una amistad no significa nada para ti?- Pregunté frunciendo el ceño sin saber por qué carajo era así conmigo, su supuesto amigo. Yo tenía motivos para estar cabreado, ¿pero él? ¿para reírse de mi dolor? -Hace un año que murió asesinado, para tú información. Y estuve muy enamorado de él, y aunque no te lo creas, no hubo un día que pasé con él que pensara en ti, no como crees.- Le confesé finalmente algo más tranquilo mientras me separaba completamente de él y me quedaba mirando por la ventana. -Joder... ¿cómo esperas que esté cuando eres así conmigo? Me violas y encima te ríes en mi cara, ¿no entiendes que estoy enfadado? Nunca he pretendido que te disculpes, a fin de cuentas... bueno... al final accedí. Pero...- Cerré mis ojos suspirando. -¿No entiendes que me duela?- Intenté razonar de alguna manera con él, supuse que en un último esfuerzo.
L. Zackary Harper-
Mensajes : 69
Re: After a Long Time [Zackary] +18
Sencillamente Zackary no podía entender su punto. No era que lo odiase o que se alegrase de su desgracia aún siendo su amigo y todo eso. Si se alegraba de su desgracia era porque había sido lo suficientemente estúpido como para seguir su consejo. Nathan se acordaba muy bien de las palabras que le había dirigido antes de que éste se mudase a Los Angeles: "Estas tomando una salida de estúpido, Zack" le había dicho "El amor no sirve para una mierda. A la larga, lo único que tendrás de recompensa por haber amado a alguien es un corazón roto. Y la peor infelicidad que pueda existir. Y te darás cuenta de eso cuando sea demasiado tarde".
Dejó que Zackary se le acercase, se pusiese detrás de él y le manosease y luego palmease el pecho diciendo aquelas palabras. Luego cuando se alejó, negó con la cabeza.
- No es que simplemente me alegre con tu desgracia. Honestamente lo único que siento es lástima. Pero no debería sentirla. Después de todo, fuiste lo suficientemente tonto como para desoír mis consejos ¿Qué se siente el amor ahora, mi querido Harper? - sonrió con malignidad para luego dejar que él se fuese hasta la zona de la ventana, mirando a través de ella y después escuchó todo lo relativo a la muerte de su amado y eso. No tenía demasiado que decirle al respecto.
- Estás enfadado conmigo como si yo hubiera matado a tu noviecito. No eches culpas de lo que no tengo, por favor.- rodó un poco los ojos y luego se incorporó de su sillón. Se dirigió al joven, que estaba de espaldas a él, aún observando a través de la ventana. En ese momento, hizo que su entrepierna quedase apoyada, prácticamente pegada al trasero de Harper y sus manos se dirigieron al torso de él, comenzando a acariciarlo y manosearlo con suavidad, para luego ir descendiendo y descendiendo hasta terminar llegando a su entrepierna, la cual apretó con suavidad, estimulando un poco por sobre su ropa. - Podría quitarte todo enfado y dolor, consolarte un poco, ya sabes...- susurró a su oído, para después mordisquear el lóbulo de su oreja y apoyarlo un poco más profundamente. Pero entonces se alejó, aunque antes le dio una potente nalgada, para dirigirse hacia un pequeño mueble-bar que había en la oficina y servirse un poco de whiskey y en otro vaso también, ofreciéndole este segundo a Harper.
- Relaja ese enfado. Ya estás lejos de Los Angeles y de la muerte de tu noviecito. No hay motivo para andar de amargado ¿sabes? Deberías salir a algún club nocturno un día de estos. Divertirte, vivir la vida, tú sabes.
Dejó que Zackary se le acercase, se pusiese detrás de él y le manosease y luego palmease el pecho diciendo aquelas palabras. Luego cuando se alejó, negó con la cabeza.
- No es que simplemente me alegre con tu desgracia. Honestamente lo único que siento es lástima. Pero no debería sentirla. Después de todo, fuiste lo suficientemente tonto como para desoír mis consejos ¿Qué se siente el amor ahora, mi querido Harper? - sonrió con malignidad para luego dejar que él se fuese hasta la zona de la ventana, mirando a través de ella y después escuchó todo lo relativo a la muerte de su amado y eso. No tenía demasiado que decirle al respecto.
- Estás enfadado conmigo como si yo hubiera matado a tu noviecito. No eches culpas de lo que no tengo, por favor.- rodó un poco los ojos y luego se incorporó de su sillón. Se dirigió al joven, que estaba de espaldas a él, aún observando a través de la ventana. En ese momento, hizo que su entrepierna quedase apoyada, prácticamente pegada al trasero de Harper y sus manos se dirigieron al torso de él, comenzando a acariciarlo y manosearlo con suavidad, para luego ir descendiendo y descendiendo hasta terminar llegando a su entrepierna, la cual apretó con suavidad, estimulando un poco por sobre su ropa. - Podría quitarte todo enfado y dolor, consolarte un poco, ya sabes...- susurró a su oído, para después mordisquear el lóbulo de su oreja y apoyarlo un poco más profundamente. Pero entonces se alejó, aunque antes le dio una potente nalgada, para dirigirse hacia un pequeño mueble-bar que había en la oficina y servirse un poco de whiskey y en otro vaso también, ofreciéndole este segundo a Harper.
- Relaja ese enfado. Ya estás lejos de Los Angeles y de la muerte de tu noviecito. No hay motivo para andar de amargado ¿sabes? Deberías salir a algún club nocturno un día de estos. Divertirte, vivir la vida, tú sabes.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: After a Long Time [Zackary] +18
No me cabía en la cabeza lo que él había hecho, de por sí no me cabía que se lo hiciera a otras chicas, pero que me lo hubiera hecho a mí, por más que lo hubiera acabado disfrutando, no era algo que fuera a entender. Si hubiera sido por las buenas todo habría sido más fácil, y habría obtenido lo que quería del mismo modo, incluso, no me hubiera importado fingir una violación, pues en el sexo era bastante desinhibido. Era de los que creía que el sexo, cuánto más guarro mejor, para eso era sexo. Escuché sus palabras mientras miraba por aquel ventanal. ¿Lástima? Suspiré, en parte tenía razón, no podía negárselo. Yo mismo había aceptado una relación en la que implicaba tener que compartir a mi novio con otra. Me había humillado y arrastrado por un tío, aunque finalmente consiguiera lo que quería, que era estar con él y él, únicamente conmigo. Me mordí el labio inferior. -Me quedan los buenos recuerdos, él no tuvo la culpa de morir.- Aunque en parte era mentira. Si él no hubiera decidido por su cuenta salir no habría muerto, sin embargo, yo no pude convencerle. -No es por eso, te echo la culpa de lo que me hiciste, nada más. Y me jode haber acabado disfrutándolo, darte ese poder.- Pero no podía evitarlo, Nate tenía algo que hacía mella en mí. Quizás era por ser un auténtico cabrón, cosa que mientras me follaba, me encantaba, otra cosa era fuera del sexo. Fuera, eso me ponía de los nervios. Y ahí estaba, con su paquete pegado a mi culo, haciendo que mi cuerpo se estremeciera. Intenté controlar el suspiro que pugnaba por salir de mis labios, pero no pude cuando empezó a acariciarme el torso, bajando su mano hasta mi incipiente bulto. Di un leve respingo cuando me apretó haciendo que mi culo presionara su entrepierna. Mi piel se erizó por completo cuando jugueteó con mi lóbulo. -Nate...- Murmuré suspirando fuertemente. Me mordí el labio cuando me dio aquella nalgada. "Cabrón". Conocía mis puntos débiles y se aprovechaba de ellos, no sabía si eso me daba rabia o hacía que me atrajera aún más.
Le miré tomando el vaso de whisky que me ofrecía y di un sorbo. -No, supongo que no, ha pasado tiempo, pero...- Aparté la mirada. -No es que sea de esos que van buscando sexo esporádico, no es lo mío...- La única excepción era él. Me senté sobre su escritorio mientras le miraba y, aunque anteriormente podía haber evitado la excitación, ahora, me fijaba mucho más en su torso. "Vivir la vida"... Quizás tuviera razón, quizás... debería escuchar más a mi cuerpo y menos a mi corazón. A la mierda... Me levanté de la mesa y me acerqué a él. -Y yo que quería despedirme de ti.- Murmuré pegándome a él, haciendo que nuestras entrepiernas se frotaran y quedaran bien juntas. -Pero...- Susurré acercando mis labios a su cuello, el cual mordí con fuerza. -Eres un cabrón, y no sabes lo mucho que te odio.- Una atracción basada en el odio era algo que la gente podía pensar que era raro, pero, en realidad, era más común de lo que creían. -No sé cómo coño lo hiciste, pero aún recuerdo cada segundo de aquel día, cada embestida, cada movimiento, y me cabrea... mucho...- Comenté lamiendo su cuello hasta llegar a su lóbulo el cual atrapé entre mis labios. -Sin embargo, acabo poniéndome cachondo siempre. ¡Qué desgracia la mía eh!- Dije esto último con ironía y acabé sonriendo. Entonces me separé de él yendo a por mi vaso de whisky en la mesa. -¿Tienes algo que hacer?- Pregunté bebiendo de mi copa mientras me giraba a mirarle. "Hijo de puta sexy".
Le miré tomando el vaso de whisky que me ofrecía y di un sorbo. -No, supongo que no, ha pasado tiempo, pero...- Aparté la mirada. -No es que sea de esos que van buscando sexo esporádico, no es lo mío...- La única excepción era él. Me senté sobre su escritorio mientras le miraba y, aunque anteriormente podía haber evitado la excitación, ahora, me fijaba mucho más en su torso. "Vivir la vida"... Quizás tuviera razón, quizás... debería escuchar más a mi cuerpo y menos a mi corazón. A la mierda... Me levanté de la mesa y me acerqué a él. -Y yo que quería despedirme de ti.- Murmuré pegándome a él, haciendo que nuestras entrepiernas se frotaran y quedaran bien juntas. -Pero...- Susurré acercando mis labios a su cuello, el cual mordí con fuerza. -Eres un cabrón, y no sabes lo mucho que te odio.- Una atracción basada en el odio era algo que la gente podía pensar que era raro, pero, en realidad, era más común de lo que creían. -No sé cómo coño lo hiciste, pero aún recuerdo cada segundo de aquel día, cada embestida, cada movimiento, y me cabrea... mucho...- Comenté lamiendo su cuello hasta llegar a su lóbulo el cual atrapé entre mis labios. -Sin embargo, acabo poniéndome cachondo siempre. ¡Qué desgracia la mía eh!- Dije esto último con ironía y acabé sonriendo. Entonces me separé de él yendo a por mi vaso de whisky en la mesa. -¿Tienes algo que hacer?- Pregunté bebiendo de mi copa mientras me giraba a mirarle. "Hijo de puta sexy".
L. Zackary Harper-
Mensajes : 69
Re: After a Long Time [Zackary] +18
Zack no era de ese tipo... Por supuesto que no lo era. Harper siempre se había mostrado demasiado romanticón y moral en la vida diaria, aunque en la cama fuese otra cosa. Todavía no olvidaba su expresión de horror cuando él estaba a punto de violar a aquella chica, ni como intentó interponerse entre él y la mujer. Una de las idioteces más grandes de la vida. Nate no dejaba que nadie se interpusiese entre él y algo que quería. De tal manera, el rubio terminó violando no solo a la chica, sino también a Harper. Si, a Harper... ¿Qué tenía de malo? A él no le importaban esas estupideces de la orientación sexual, heterosexual, homosexual, bisexual ¿Qué más daba todo eso, si el principal objetivo era obtener placer a través de cualquier medio? Claro, Nathan sentía una poderosa preferencia hacia las mujeres, no iba a comparar la calidez de un coño con la del culo de otro hombre, pero sin embargo, placer se obtenía de ambas cosas, de manera que no era raro, por lo menos, en su mente retorcida, el haber forzado a Harper aquella vez. Aunque incluso el forzamiento se volvió algo consentido porque, si bien él no recordaba mal, Zack, luego del susto y la humillación iniciales, acabó por pedir más y más.
Entonces notó el cambio de actitud de Harper de un momento a otro. Dejó que se le acercase y que frotase su cuerpo contra el propio, jugando con su entrepierna en la ajena, frotando sus bultos. Sonrió de costado y aún más ante las palabras que el otro dijo. Así que, a fin de cuentas, aún recordaba la violación, y aparentemente recordarla lo excitaba. Se mordió suave el labio inferior y luego sonrió muy ligeramente para decirle:
- Entonces eso de que no pensabas en mí en este tiempo que estuviste con tu noviecito era una de las mayores mentiras de la tierra. Seguro también pensabas en mí cuando te lo hacía.- rió ligeramente para después tomar a Zack de la cintura con ambas manos y manosearlo un poco, luego llegó hasta las nalgas, las cuales apretó, jugueteó y nalgueó a su antojo. Rió un poco y dijo:
- Acabas poniéndote cachondo como te pusiste aquella vez. Estabas caliente como el infierno luego del susto inicial, Zackary.- sonrió de costado, ligeramente y añadió: - He de admitir que fuiste el primer hombre al que me follé en mi vida. - luego dejó que él mordiese el lóbulo de su oreja y se estremeció con suavidad. En ese momento, vio que se alejaba otra vez, en busca de su vaso de whiskey y le preguntaba que si tenía algo que hacer. Bueno, a fin de cuentas antes de que él llegase estaba a punto de salir de la oficina y volver a su pent house.
- Estaba a punto de volver a mi casa cuando llegaste.- una sonrisa ladina apareció en sus labios. - Aunque quizá pueda hacer horas extra contigo...- su boca se dirigió hasta la oreja de él y susurró con tranquilidad y una cierta dosis de lujuria - ¿Acaso tu culo arde en deseos de mi polla, mi perrito?- "mi perrito" esa era la manera en que Nathan había llamado a Zack durante todo el período que duró la violación.
Entonces notó el cambio de actitud de Harper de un momento a otro. Dejó que se le acercase y que frotase su cuerpo contra el propio, jugando con su entrepierna en la ajena, frotando sus bultos. Sonrió de costado y aún más ante las palabras que el otro dijo. Así que, a fin de cuentas, aún recordaba la violación, y aparentemente recordarla lo excitaba. Se mordió suave el labio inferior y luego sonrió muy ligeramente para decirle:
- Entonces eso de que no pensabas en mí en este tiempo que estuviste con tu noviecito era una de las mayores mentiras de la tierra. Seguro también pensabas en mí cuando te lo hacía.- rió ligeramente para después tomar a Zack de la cintura con ambas manos y manosearlo un poco, luego llegó hasta las nalgas, las cuales apretó, jugueteó y nalgueó a su antojo. Rió un poco y dijo:
- Acabas poniéndote cachondo como te pusiste aquella vez. Estabas caliente como el infierno luego del susto inicial, Zackary.- sonrió de costado, ligeramente y añadió: - He de admitir que fuiste el primer hombre al que me follé en mi vida. - luego dejó que él mordiese el lóbulo de su oreja y se estremeció con suavidad. En ese momento, vio que se alejaba otra vez, en busca de su vaso de whiskey y le preguntaba que si tenía algo que hacer. Bueno, a fin de cuentas antes de que él llegase estaba a punto de salir de la oficina y volver a su pent house.
- Estaba a punto de volver a mi casa cuando llegaste.- una sonrisa ladina apareció en sus labios. - Aunque quizá pueda hacer horas extra contigo...- su boca se dirigió hasta la oreja de él y susurró con tranquilidad y una cierta dosis de lujuria - ¿Acaso tu culo arde en deseos de mi polla, mi perrito?- "mi perrito" esa era la manera en que Nathan había llamado a Zack durante todo el período que duró la violación.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: After a Long Time [Zackary] +18
Sabía que jugar con Nate era peligroso, sabía que acercarme a él podía darme los resultados que en un principio no quería. Él se había convertido en mi talón de Aquiles y yo mismo me lanzaba a esa debilidad de una manera casi inconscientemente. No era de esos que se acostaban sin que hubiera nada más, pero él conseguía sacar esa parte de mí irracional, animal, esa que sólo guardaba para con quién estuviera. No sabía qué me pasaba con él, pero la atracción que sentía era demasiado fuerte como para poder controlarla. Me había violado, y me había acabado gustando. ¿A qué persona en su sano juicio le pasaba aquello? No era ni normal. Joder, me había hecho sangre, me había hecho daño y sin embargo, ahí me encontraba de nuevo. Quizás era porque el rubio había sido mi primera vez. Tenía sentimientos contradictorios, por un lado el odio por haber sido así conmigo, y por otro, las ganas de que me follara una y otra vez cada vez que le veía.
Y todo mi discurso, toda esa palabrería que me traía aprendida de casa no había servido para nada, porque ahí estaba, frotando mi cuerpo contra el suyo, como si estuviera en celo. No podía negar que me encantaba sentirle. Sabía que reconocerle que pensaba en la violación y que me había llegado a tocar pensando en eso le encantaría. -No te he dicho que pensara en ti cuando estuve con él, pero sí antes y después.- Reconocí negando con la cabeza. -No, cuando me lo hacía no pensaba en nadie.- Eso era así. Chris había conseguido quitármelo de la cabeza el tiempo que había estado con él, además de que otras preocupaciones acontecieron mi vida. Estaba demasiado pendiente de cómo salvar mi relación. Sentí sus manos descender hasta mi culo, lo cual hizo que me moviera más contra él y notara el incipiente crecimiento de mi miembro. Gruñí cuando me nalgueó, adoraba que hiciera aquello. Me gustaban los hombres rudos, no podía evitarlo. Quizás porque él había marcado mi vida de aquella manera. -Estás bueno, tienes una polla perfecta, ¿quién no se pondría cachondo?- Murmuré siendo evidente la excitación que tenía ya encima. -Tú fuiste el primero que me folló.- Admití apartándome de él para beber un poco, como si eso fuera a bajarme la calentura.
Le miraba fijamente, atento a sus palabras. Sonreí con picardía cuando dijo hacer horas extra. ¿Follar en su oficina? La verdad es que la idea se me antojaba. Pero aquel susurro fue el desencadenante para que perdiera la poca cordura que me quedaba. -Mi culo, mi boca... todo yo.- Murmuré cerca de sus labios, rozándolos con los míos para echar mi mano hacia adelante y encontrarme con su paquete. Empecé a acariciarlo por encima del pantalón. Dejé la copa sobre la mesa y con esa mano fui desabrochando los botones de su camisa. Sin parar de tocarle devoré su boca con necesidad, buscando su lengua, entrelazándola con la mía, dejando salir poco a poco el animal que llevaba dentro. Entonces con brusquedad le tomé de los hombros girándole para colocarlo apoyado en la mesa. Abrí su camisa y mi boca fue lamiendo desde su cuello hasta sus pezones. Empecé lamiendo uno, atrayéndolo a mi boca mientras que abría la bragueta de su pantalón y colaba mi mano por ahí para acariciar mejor el bulto que marcaba su ropa. Mordí uno de sus pezones y pellizqué el otro. Apretaba con mis dedos su polla cubierta aún por sus bóxers mientras me entretenía en sus pezones. Fui bajando lentamente con la lengua por su torso hasta detenerme en la cintura de su pantalón. Me agaché frente a él y le miré fijamente. -Espero que esto te traiga buenos recuerdos.- Susurré excitado y le bajé la primera capa de tela. Mi lengua lamía la parte de piel que sus bóxers me dejaban ver. Pero no tardé en quitárselos también y en recibir su polla sobre mi cara golpeándome como un resorte. La cogí, saqué la lengua y empecé a golpearla con ésta. Mi otra mano tiraba de sus huevos, estimulándolos. Enredé mi lengua en su glande, absorbiéndolo con mis labios después, sólo la punta, jugaba con mi lengua en su orificio para luego ir introduciéndola poco a poco en mi boca, succionando y apretando mis labios para darle mayor placer. Empecé a marcar un ritmo continuado disfrutando de aquella polla, de su sabor y tamaño, llenándome la boca.
Y todo mi discurso, toda esa palabrería que me traía aprendida de casa no había servido para nada, porque ahí estaba, frotando mi cuerpo contra el suyo, como si estuviera en celo. No podía negar que me encantaba sentirle. Sabía que reconocerle que pensaba en la violación y que me había llegado a tocar pensando en eso le encantaría. -No te he dicho que pensara en ti cuando estuve con él, pero sí antes y después.- Reconocí negando con la cabeza. -No, cuando me lo hacía no pensaba en nadie.- Eso era así. Chris había conseguido quitármelo de la cabeza el tiempo que había estado con él, además de que otras preocupaciones acontecieron mi vida. Estaba demasiado pendiente de cómo salvar mi relación. Sentí sus manos descender hasta mi culo, lo cual hizo que me moviera más contra él y notara el incipiente crecimiento de mi miembro. Gruñí cuando me nalgueó, adoraba que hiciera aquello. Me gustaban los hombres rudos, no podía evitarlo. Quizás porque él había marcado mi vida de aquella manera. -Estás bueno, tienes una polla perfecta, ¿quién no se pondría cachondo?- Murmuré siendo evidente la excitación que tenía ya encima. -Tú fuiste el primero que me folló.- Admití apartándome de él para beber un poco, como si eso fuera a bajarme la calentura.
Le miraba fijamente, atento a sus palabras. Sonreí con picardía cuando dijo hacer horas extra. ¿Follar en su oficina? La verdad es que la idea se me antojaba. Pero aquel susurro fue el desencadenante para que perdiera la poca cordura que me quedaba. -Mi culo, mi boca... todo yo.- Murmuré cerca de sus labios, rozándolos con los míos para echar mi mano hacia adelante y encontrarme con su paquete. Empecé a acariciarlo por encima del pantalón. Dejé la copa sobre la mesa y con esa mano fui desabrochando los botones de su camisa. Sin parar de tocarle devoré su boca con necesidad, buscando su lengua, entrelazándola con la mía, dejando salir poco a poco el animal que llevaba dentro. Entonces con brusquedad le tomé de los hombros girándole para colocarlo apoyado en la mesa. Abrí su camisa y mi boca fue lamiendo desde su cuello hasta sus pezones. Empecé lamiendo uno, atrayéndolo a mi boca mientras que abría la bragueta de su pantalón y colaba mi mano por ahí para acariciar mejor el bulto que marcaba su ropa. Mordí uno de sus pezones y pellizqué el otro. Apretaba con mis dedos su polla cubierta aún por sus bóxers mientras me entretenía en sus pezones. Fui bajando lentamente con la lengua por su torso hasta detenerme en la cintura de su pantalón. Me agaché frente a él y le miré fijamente. -Espero que esto te traiga buenos recuerdos.- Susurré excitado y le bajé la primera capa de tela. Mi lengua lamía la parte de piel que sus bóxers me dejaban ver. Pero no tardé en quitárselos también y en recibir su polla sobre mi cara golpeándome como un resorte. La cogí, saqué la lengua y empecé a golpearla con ésta. Mi otra mano tiraba de sus huevos, estimulándolos. Enredé mi lengua en su glande, absorbiéndolo con mis labios después, sólo la punta, jugaba con mi lengua en su orificio para luego ir introduciéndola poco a poco en mi boca, succionando y apretando mis labios para darle mayor placer. Empecé a marcar un ritmo continuado disfrutando de aquella polla, de su sabor y tamaño, llenándome la boca.
L. Zackary Harper-
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Re: After a Long Time [Zackary] +18
Buenos recuerdos... Joder, ¿cómo mierda se suponía que eso no iba a traerle buenos recuerdos? Si el como se la chupaba Zackary siempre lograba perderlo de una manera bastante inimaginable. Se estremeció lleno de placer y deseo y cada vez que él comía y devoraba de aquella polla de Nathan, esta parecía endurecerse todavía más y más.
- Si. - mencionó el joven rubio con una sonrisa pícara - He de admitir que me trae de los mejores recuerdos posibles...- y era verdad. No había olvidado las tremendas felaciones que Zackary le hacía cuando eran más jóvenes, porque luego de la violación, bastante de la relación entre ellos había cambiado. Habían seguido siendo amigos, pero su amistad se había vuelto extraña y enfermiza, o por lo menos esa era la impresión que probablemente le daría a cualquier observador neutral.
Nathan se movió de atrás adelante, de manera que su miembro empezaba a refregarse mejor contra la lengua y el paladar ajenos, llegando hasta casi lo más profundo de su garganta, haciendo que la boca del otro terminase completamente impregnada de su sabor. Inmediatamente, Rothschilde bajó la mano hasta los cabellos del otro y lo tomó desde allí, aunque procurando no provocarle un daño excesivo. El rubio gimió, disfrutando de la calidez y humedad que le proporcionaban la boca del muchacho Harper. Maldita sea. El muy jodido sabía bien como chupar. La experiencia sin dudas le rezumaba por los poros y no era extraño, puesto que, si mal no recordaba, en el sexo Zackary Harper parecía transformarse y volverse una persona sumamente distinta. Más agresiva, más decidida y salvaje, más decidida a disfrutar completamente de los enormes placeres que el lecho podía otorgar... Y naturalmente Nathan no era alguien que fuese a quejarse de ello, claro que no, todo lo contrario. Eso sencillamente hacía que acostarse con Zackary fuera mucho mejor porque si había algo que le gustaba al hombre era la gente desinhibida a la hora del sexo. Él lo era, y mucho. No tenía casi inhibiciones de manera que disfrutaba cuando sus ocasionales parejas sexuales y amantes poseían los mismos atributos. Y si bien tenía una fuerte preferencia por las mujeres... ¿cómo decirle que no a un hombre como Harper? Después de todo, con ese culo tan perfecto y esa actitud tan caliente a la hora de la cama, era como estar en el paraíso al follar.
En ese momento, sacó su miembro de la boca ajena y le dio leves golpes con aquella gran verga en sus mejillas.
- ¿De quién eres perrito, eh Zacky? ¿De quien lo eres?- siguió abofeteándolo con su polla, frotándola de forma lujuriosa por todo su rostro, hasta que en un momento, terminó por penetrarle otra vez profundamente en la boca y empezó a moverse de atrás adelante, buscando follarlo con deseo, con ganas y perversa lascivia, disfrutando de cada pequeña caricia que el otro hacía con su lengua en aquella zona.
- Si. - mencionó el joven rubio con una sonrisa pícara - He de admitir que me trae de los mejores recuerdos posibles...- y era verdad. No había olvidado las tremendas felaciones que Zackary le hacía cuando eran más jóvenes, porque luego de la violación, bastante de la relación entre ellos había cambiado. Habían seguido siendo amigos, pero su amistad se había vuelto extraña y enfermiza, o por lo menos esa era la impresión que probablemente le daría a cualquier observador neutral.
Nathan se movió de atrás adelante, de manera que su miembro empezaba a refregarse mejor contra la lengua y el paladar ajenos, llegando hasta casi lo más profundo de su garganta, haciendo que la boca del otro terminase completamente impregnada de su sabor. Inmediatamente, Rothschilde bajó la mano hasta los cabellos del otro y lo tomó desde allí, aunque procurando no provocarle un daño excesivo. El rubio gimió, disfrutando de la calidez y humedad que le proporcionaban la boca del muchacho Harper. Maldita sea. El muy jodido sabía bien como chupar. La experiencia sin dudas le rezumaba por los poros y no era extraño, puesto que, si mal no recordaba, en el sexo Zackary Harper parecía transformarse y volverse una persona sumamente distinta. Más agresiva, más decidida y salvaje, más decidida a disfrutar completamente de los enormes placeres que el lecho podía otorgar... Y naturalmente Nathan no era alguien que fuese a quejarse de ello, claro que no, todo lo contrario. Eso sencillamente hacía que acostarse con Zackary fuera mucho mejor porque si había algo que le gustaba al hombre era la gente desinhibida a la hora del sexo. Él lo era, y mucho. No tenía casi inhibiciones de manera que disfrutaba cuando sus ocasionales parejas sexuales y amantes poseían los mismos atributos. Y si bien tenía una fuerte preferencia por las mujeres... ¿cómo decirle que no a un hombre como Harper? Después de todo, con ese culo tan perfecto y esa actitud tan caliente a la hora de la cama, era como estar en el paraíso al follar.
En ese momento, sacó su miembro de la boca ajena y le dio leves golpes con aquella gran verga en sus mejillas.
- ¿De quién eres perrito, eh Zacky? ¿De quien lo eres?- siguió abofeteándolo con su polla, frotándola de forma lujuriosa por todo su rostro, hasta que en un momento, terminó por penetrarle otra vez profundamente en la boca y empezó a moverse de atrás adelante, buscando follarlo con deseo, con ganas y perversa lascivia, disfrutando de cada pequeña caricia que el otro hacía con su lengua en aquella zona.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: After a Long Time [Zackary] +18
Sonreí mientras movía mi cabeza adelante y atrás, un ritmo constante en el que humedecía todo su tronco. Al escucharle gemir me encendía más y más, el bulto ya se me marcaba bajo la ropa deseando salir. Dejé que tomara mi pelo y marcara el ritmo, sin embargo no iba a ser tan pasivo. Solté un poco más de saliva haciendo que esta resbalara por su polla hasta caer por sus huevos, la cual aproveché para humedecerlos también y ofrecerle otro tipo de sensaciones. Recibí encantado aquellos golpes mientras le miraba con vicio. -Tuyo, únicamente tuyo.- Le dije con la voz ronca por el placer moviendo mi cara contra su polla sintiendo cómo me la pringaba de saliva y preseminal. Cuando me penetró, ahuequé la garganta para recibir su polla, mi lengua lamía con rapidez mientras que absorbía su polla, sin poder evitar tener alguna que otra arcada. Después de estar un rato follándome la boca, aparté mi cabeza sacándola por completo y pasé mi lengua por sus huevos, dándole una gran lamida. Estuve chupándoselos un rato mientras le hacía una paja. Mi lengua envolvía sus huevos notando lo calientes que estaban, atraje uno al interior de mi boca, succionando y tirando de él hasta que se soltara solo. Pasé mi lengua lentamente mientras hacía que el ritmo de mi mano fuera igual de lento, torturándolo un poco, además acariciaba su glande con mi dedo índice del mismo modo. Succioné el otro en mi boca, jugando con mi lengua dentro de ésta y fue cuando aumenté el movimiento. Tiré nuevamente hasta que saliera de mi boca y luego llevé el dedo que había estado acariciando su glande a mi boca mientras le miraba con lascivia. Lo saboreé antes de dar una gran lamida que subía de sus huevos hasta la punta.
Entonces me aparté de él y me fui desprendiendo de mi ropa lentamente hasta quedar completamente desnudo. Con una mano tiré todas las cosas de su escritorio y me subí a él. Me puse a cuatro abriendo bien mi culo. Empecé a acariciar mi entrada a la vez que con la otra mano me masturbaba. Pronto empecé a jadear de lo cachondo que estaba. Introduje un dedo en mi interior, ofreciéndole aquel espectáculo, deseando que se pusiera tan cachondo que me follara sin piedad. En aquel momento ya ni pensaba, ya ni sabía qué hacía allí ni qué quería, sólo deseaba sentirle una vez más. Moví mi trasero como si quisiera incitarlo a la vez que introducía un segundo dedo que me obligaba a arquear mi espalda y gemir con algo más de fuerza. Poco me importaba si alguien me escuchaba.
Entonces me aparté de él y me fui desprendiendo de mi ropa lentamente hasta quedar completamente desnudo. Con una mano tiré todas las cosas de su escritorio y me subí a él. Me puse a cuatro abriendo bien mi culo. Empecé a acariciar mi entrada a la vez que con la otra mano me masturbaba. Pronto empecé a jadear de lo cachondo que estaba. Introduje un dedo en mi interior, ofreciéndole aquel espectáculo, deseando que se pusiera tan cachondo que me follara sin piedad. En aquel momento ya ni pensaba, ya ni sabía qué hacía allí ni qué quería, sólo deseaba sentirle una vez más. Moví mi trasero como si quisiera incitarlo a la vez que introducía un segundo dedo que me obligaba a arquear mi espalda y gemir con algo más de fuerza. Poco me importaba si alguien me escuchaba.
L. Zackary Harper-
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Re: After a Long Time [Zackary] +18
Si, el jodido Zackary la chupaba como los dioses... De hecho se la estaba comiendo mucho mejor de lo que podía recordar. Lo único que podía hacer Nate en ese instante era gemir y retorcerse en enorme placer. Cada pequeño movimiento que Harper hacía con su boca húmeda y cálida le resultaba tremendamente placentera. Cuando él empezó a succionar de aquella manera sus testículos, el joven se sintió derretir por el enorme placer que sintió.
Y en ese momento vio como Zack se separaba de él, a la par que se desnudaba del todo, hasta quedar como Dios lo trajo al mundo. En ese momento se subió a su escritorio tirando todo lo que había allí y expuso su trasero para él, de la manera más erótica y lasciva posible. Y entonces hizo algo que a Nate lo perdió, empezó a hacer que sus dedos entrasen en su trasero, metiéndolos profundamente y empezando a dilatar su ano. El joven se mordió el labio inferior con firmeza, relamiéndose después y disfrutando tremendamente de aquella visión. Con una sonrisa tranquila, el joven Rothschilde también terminó por desnudarse completamente y se fue acercando hasta donde estaba Harper. Le tomó de la mano y la hizo retirar de su orificio. Jugueteó con su miembro por su trasero, llegando a darle fuertes golpes en las nalgas con él. En ese momento se acomodó y, con fuerza, tal y como lo había hecho la vez que lo había violado, lo penetró profundamente mientras lo tomaba con mucha fuerza de la cintura. Sintió la apretada calidez de sus paredes anales contra su dura verga, se estremeció, disfrutando a más no poder de aquella calidez y echó un gemido que ás bien parecía el bufido de algún animal salvaje. Entonces fue cuando Nathan comenzó a bombear, entrando y saliendo, entrando y saliendo de manera potente, intensa, casi agresiva a la vez que lo nalgueaba sin detenerse o darle respiro.
Y en ese momento vio como Zack se separaba de él, a la par que se desnudaba del todo, hasta quedar como Dios lo trajo al mundo. En ese momento se subió a su escritorio tirando todo lo que había allí y expuso su trasero para él, de la manera más erótica y lasciva posible. Y entonces hizo algo que a Nate lo perdió, empezó a hacer que sus dedos entrasen en su trasero, metiéndolos profundamente y empezando a dilatar su ano. El joven se mordió el labio inferior con firmeza, relamiéndose después y disfrutando tremendamente de aquella visión. Con una sonrisa tranquila, el joven Rothschilde también terminó por desnudarse completamente y se fue acercando hasta donde estaba Harper. Le tomó de la mano y la hizo retirar de su orificio. Jugueteó con su miembro por su trasero, llegando a darle fuertes golpes en las nalgas con él. En ese momento se acomodó y, con fuerza, tal y como lo había hecho la vez que lo había violado, lo penetró profundamente mientras lo tomaba con mucha fuerza de la cintura. Sintió la apretada calidez de sus paredes anales contra su dura verga, se estremeció, disfrutando a más no poder de aquella calidez y echó un gemido que ás bien parecía el bufido de algún animal salvaje. Entonces fue cuando Nathan comenzó a bombear, entrando y saliendo, entrando y saliendo de manera potente, intensa, casi agresiva a la vez que lo nalgueaba sin detenerse o darle respiro.
Nathan P. Rothschilde-
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