Headache priv. Lya

El sol le taladraba los ojos provocándole una terrible migraña. Oculto tras unas gafas de sol y una gorra calada hasta abajo, caminaba con las manos metidas en los bolsillos de su cazadora de cuero. La cadena que colgaba de su cinturón sonaba en cada paso izquierdo, acompañando el ritmo que sus botas marcaban sobre la cálida acera. Miró al cielo, ladeando una sonrisa al darse cuenta de que la primavera estaba por terminar. Olisqueó el aire, percibiendo aquel aroma tan particular que traía el recuerdo del verano aproximándose.

Pronto... Aún tendría que mantener durante un poco más a raya sus impulsos animales.

La brisa le trajo también el olor a café que tan bien le sentaría en aquel momento. Desviando su camino por la derecha, cruzó el parque para dirigirse a la única cafetería no Starbucks que se encontraba en aquella zona. Las miradas clavadas en él por su aspecto hacía años que dejaron de molestarle, se sentía incluso bien ser un poco transgresor. Era entretenido ver sus expresiones cuando les sonreía, sus facciones tatuadas formando una macabra sonrisa cadavérica.

Entró en la cafetería, haciendo sonar la campanita de la puerta y que todas las miradas se giraran a él. Algunas se posaron más tiempo del debido, pero no se inmutó. Fue directo a la barra, apoyándose medio inclinado en esta para esperar su turno, con el teléfono móvil en la mano comprobando sus mensajes, ordenando sus citas de la tarde y ultimando detalles de diseños. No le importaba esperar un poco, pero la cola era larga y la única camarera parecía no tener mucha paciencia para todos ellos.

El sonido molesto de su celular la levanto, soltó un gruñido y ignoro el mensaje, no tenía más de 3 horas dormida, necesitaba un poco más de tiempo para descansar. Ayer había sido una locura, entre la escuela y los dos trabajos que mantenía estaba muerta y aun no se podía ver el fin de semana, volvió a sonar el celular pero ahora era una llamada -¡Que!- contesto enfadada mientras se sentaba en el sillón en el que había dormida y se recogía los rizos que caían por todos lados, su hermano gritaba desde el otro lado, no había ido a dormir y ya iba tarde a clases, -Lo sé, lo se... si adiós- colgó y salió disparada a tomar sus cosas, se colgó la mochila de la escuela ya había perdido la primera hora y no había desayunado. Pero no había tiempo así que salió disparada a la calle.

Corría por las calles hasta que llego a la cafetería, entro con el típico sonido de la campanilla y se encamino a la caja, había fila y no tenia el tiempo como para hacer fila, saldría ahí con mas retraso del que ya llevaba, de reojo pudo ver que seguía un chico con mas tinta que piel -Disculpa...- le dijo con una pequeña sonrisa de disculpa, aunque en realidad no lo sintiera, esta cara de inocente tenia que servirme una que otra vez ¿no? al acercarme a la barra vi a una de sus compañeras y la que menos paciencia tenia -Un café negro cargado -dijo firme mientras se acomodaba a bolsa y sacaba de su pantalón su teléfono revisándolo, tenía dos mensajes del trabajo con nombre y solo una palabra "Restéalo" soltó un bufido, otro era de su compañero de clases avisando que si no llegaba en a segunda hora estaría suspendida, y por ultimo mi mejor amiga avisando que esta noche habría una fiesta y tendría que ir -Vaya día- dije guardándolo esperando mi café.