The Purge
Que el señor bendiga a los nuevos gobernantes porque dejan que purifiquemos y limpiemos nuestras almas, Dios bendiga a Estados Unidos, una nación renacida.
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Hiding is useless, you know? (Jane)
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Hiding is useless, you know? (Jane)
Nate era un chico con poca paciencia. Detestaba que las cosas saliesen mal y, aún más, detestaba que tratasen de verle la cara.
El tipo se encontraba sentado en una silla, amarrado con cuerdas a la misma, mientras lo miraba. Era un muchacho joven, de unos 23 a 25 años... Y el muy inútil había sido un espía de la policía todo ese tiempo, infiltrado en su banda para desmoronarla desde dentro. Por suerte para Nathan, un descuido del imbécil había echado por tierra sus planes de pasar desapercibido y sus muchachos le dieron una buena golpiza y lo habían llevado ante él para que determinara su destino.
- ¿Sabes? De todos los animales que detesto...- comenzó Nate mientras estaba sentado frente al otro - Uno de los peores es el topo. Si. Criatura roñosa y rastrera que va por debajo de la tierra como un criminal y destruye todo lo que puede a su paso.
- ¿Criminal? - dijo el tipo que apenas podía hablar de lo maltratada que tenía la boca por los golpes. - ¿Tú te atreves a hablar de criminales? ¡Tú que vendes esa maldita porquería a los jóvenes! ¡Que matas, que violas chicas! ¡Si, porque vi lo que les hacías! Maldigo el no haber podido reportarlo a la seccional...
Nathan suspiró y se llevó una mano al bolsillo de la chaqueta de cuero negra para sacar una cajetilla de cigarrillos, extrajo uno, se lo llevó a la boca y luego sacó un encendedor de plata con el cual lo prendió. Dio una honda calada y luego exhaló el humo en la cara del traidor.
- Si, trafiqué, maté, violé... Y vivo a mi manera, como decía Sinatra. - dio una nueva calada y agregó: - Ahora bien, lo que opines no me interesa, solo tengo que saber que puedo hacer contigo.
- No estarás libre para siempre...- bufó el policía.
Pero que terco y obstinado que era. Mira que había que ser idiota para seguir diciendo esas estupideces en frente de un hombre como Nathan Rothschilde... ¿Enviaban niños a tratar de atraparlo? Vaya estúpidos. Se incorporó y luego suspiró:
- ¡Ya se que haré! Viste mucho ¿verdad? ¡Hagamos que veas menos! - dicho esto se sacó el cigarrillo de la boca y lo metió profundamente en uno de los ojos del capturado que gritó intensamente de dolor, mientras Nate echaba una carcajada divertida, como si eso le pareciese lo más entretenido del mundo. El siseo del ojo al quemarse fue música para sus oídos.
Entonces, mientras reía, se escucharon unos golpes en la puerta. Nate calló y se acercó a la misma:
- ¿Quién es?
- Soy yo, señor. Maynard... Una chica está aquí... Dice llamarse Jane.
¿Jane? ¿Acaso sería...? Frunció el ceño ¿Qué querría Jane Austin allí? Probablemente drogas... O comprar y consumir en ese instante o comprar para revender o llevar al NYC Club. Eso era obvio.
- Salgo enseguida.
Abrió la puerta y se encontró con Maynard, un hombre calvo alto, musculoso y de aspecto rudo, lleno de tatuajes.
- Encárgate del fulano este. Córtalo en trocitos y mándaselos a la viuda... Yo que sé. Pero tú mátalo. - dicho esto salió al corredor y dejó que Maynard entrase a la sala, para luego cerrar de un portazo. Nathan iba vestido de una manera bastante informal que no parecía recalcar su peligrosidad: camiseta blanca sin mangas, chaqueta y pantalones de cuero negros y el pelo rubio un poco revuelto y despeinado en forma rebelde, tal era su costumbre.
Bajó hasta el vestíbulo de la casona en el Bronx que servía como una de las bases a su pandilla y allí encontró a la chica Austen.
- Buenas noches, Jane. - dijo con cordialidad acercándosele y mirándola profundamente a los ojos... Esos grandes ojos azules que siempre lo habían impactado. - Me sorprende verte aquí. Creí que me avisarías al venir.
El tipo se encontraba sentado en una silla, amarrado con cuerdas a la misma, mientras lo miraba. Era un muchacho joven, de unos 23 a 25 años... Y el muy inútil había sido un espía de la policía todo ese tiempo, infiltrado en su banda para desmoronarla desde dentro. Por suerte para Nathan, un descuido del imbécil había echado por tierra sus planes de pasar desapercibido y sus muchachos le dieron una buena golpiza y lo habían llevado ante él para que determinara su destino.
- ¿Sabes? De todos los animales que detesto...- comenzó Nate mientras estaba sentado frente al otro - Uno de los peores es el topo. Si. Criatura roñosa y rastrera que va por debajo de la tierra como un criminal y destruye todo lo que puede a su paso.
- ¿Criminal? - dijo el tipo que apenas podía hablar de lo maltratada que tenía la boca por los golpes. - ¿Tú te atreves a hablar de criminales? ¡Tú que vendes esa maldita porquería a los jóvenes! ¡Que matas, que violas chicas! ¡Si, porque vi lo que les hacías! Maldigo el no haber podido reportarlo a la seccional...
Nathan suspiró y se llevó una mano al bolsillo de la chaqueta de cuero negra para sacar una cajetilla de cigarrillos, extrajo uno, se lo llevó a la boca y luego sacó un encendedor de plata con el cual lo prendió. Dio una honda calada y luego exhaló el humo en la cara del traidor.
- Si, trafiqué, maté, violé... Y vivo a mi manera, como decía Sinatra. - dio una nueva calada y agregó: - Ahora bien, lo que opines no me interesa, solo tengo que saber que puedo hacer contigo.
- No estarás libre para siempre...- bufó el policía.
Pero que terco y obstinado que era. Mira que había que ser idiota para seguir diciendo esas estupideces en frente de un hombre como Nathan Rothschilde... ¿Enviaban niños a tratar de atraparlo? Vaya estúpidos. Se incorporó y luego suspiró:
- ¡Ya se que haré! Viste mucho ¿verdad? ¡Hagamos que veas menos! - dicho esto se sacó el cigarrillo de la boca y lo metió profundamente en uno de los ojos del capturado que gritó intensamente de dolor, mientras Nate echaba una carcajada divertida, como si eso le pareciese lo más entretenido del mundo. El siseo del ojo al quemarse fue música para sus oídos.
Entonces, mientras reía, se escucharon unos golpes en la puerta. Nate calló y se acercó a la misma:
- ¿Quién es?
- Soy yo, señor. Maynard... Una chica está aquí... Dice llamarse Jane.
¿Jane? ¿Acaso sería...? Frunció el ceño ¿Qué querría Jane Austin allí? Probablemente drogas... O comprar y consumir en ese instante o comprar para revender o llevar al NYC Club. Eso era obvio.
- Salgo enseguida.
Abrió la puerta y se encontró con Maynard, un hombre calvo alto, musculoso y de aspecto rudo, lleno de tatuajes.
- Encárgate del fulano este. Córtalo en trocitos y mándaselos a la viuda... Yo que sé. Pero tú mátalo. - dicho esto salió al corredor y dejó que Maynard entrase a la sala, para luego cerrar de un portazo. Nathan iba vestido de una manera bastante informal que no parecía recalcar su peligrosidad: camiseta blanca sin mangas, chaqueta y pantalones de cuero negros y el pelo rubio un poco revuelto y despeinado en forma rebelde, tal era su costumbre.
Bajó hasta el vestíbulo de la casona en el Bronx que servía como una de las bases a su pandilla y allí encontró a la chica Austen.
- Buenas noches, Jane. - dijo con cordialidad acercándosele y mirándola profundamente a los ojos... Esos grandes ojos azules que siempre lo habían impactado. - Me sorprende verte aquí. Creí que me avisarías al venir.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Quería algo que calmara mis nervios después de cómo me trato el maldito gobernador, como una maldita zorra o mejor dicho eso que llaman sumisas, aunque no digo que no me gustará en verdad me gusto pero las secuelas de los golpes ahí estaban, tenía adolorido el cuerpo con algunos azotes que tenía en mis brazos, piernas y espalda. Todo por querer robarle su maldita cartera. Ni tenía apetito de las drogas comunes aunque siempre preparaba jeringas para cualquier cosa… sabía a quién podría acudir para estas situaciones.
Salte de aquel tejado de aquella casa donde me tenía presa el maldito Edrick, tome un taxi para la dirección donde podría seguramente hallar a Nathan . Me dormí escasos 10 minutos mientras me trasladaban a ese lugar, no había dormido nada y esa cama que apenas y sentía los resortes, no ayudaba del todo. Al fin había llegado. Pague con lo poco que tenía de dinero ese taxi, a como pude entre corriendo revisando cada habitación hasta que me deje guiar por la voz de aquel chico rubio, pero dos gorilas me escoltaron a la sala de espera- EXIJO VER A NATHAN! - dije casi gritando me preguntaron mi nombre, se los dije… como si yo necesitará presentación, uno de ellos se quedó a vigilarme mientras el otro iba por el, o eso me imagine.
Miraba hacia el reloj de aquella sala de espera, los gritos y los lamentos de las víctimas de Nathan se escuchaban en el segundo piso, aun así me inyecte un poco de heroína para relajarme mientras le esperaba. ¿Por qué después de tantos años lo volvería a ver? El decidió dejarme por su maldita adicción a las mafias, me puse mis audífonos mientras se reproducía la hermosa melodía de My Immortal de Evanescense. Saque mi cuter y empecé a acariciar mi muñeca con este, tenía que sentirme viva de alguna manera. Pero no pude… uno de los grandulones que me impidió ver a Nathan directamente por que el niño estaba ocupado me detuvo al presentarlo –mierda… - murmure mientras rodeaba mis ojos con fastidió, mientras me quitaba los audífonos.
-Hola Nathan, a lo que yo sé no necesito presentación ni menos agendar cita contigo, ah cierto no se vayan a enojar las demás que son tus finas y distinguidas chicas… o novias… de tener auna maldita vagabunda contigo, solo vine porque necesito algo que me calme el cuerpo, y tú tienes droga de la buena así que necesito tal … te daré lo que quieras- si aún si me prostituía con él lo haría no me sentía tan segura pero me daba coraje que me desechará el después de tantos años.
Salte de aquel tejado de aquella casa donde me tenía presa el maldito Edrick, tome un taxi para la dirección donde podría seguramente hallar a Nathan . Me dormí escasos 10 minutos mientras me trasladaban a ese lugar, no había dormido nada y esa cama que apenas y sentía los resortes, no ayudaba del todo. Al fin había llegado. Pague con lo poco que tenía de dinero ese taxi, a como pude entre corriendo revisando cada habitación hasta que me deje guiar por la voz de aquel chico rubio, pero dos gorilas me escoltaron a la sala de espera- EXIJO VER A NATHAN! - dije casi gritando me preguntaron mi nombre, se los dije… como si yo necesitará presentación, uno de ellos se quedó a vigilarme mientras el otro iba por el, o eso me imagine.
Miraba hacia el reloj de aquella sala de espera, los gritos y los lamentos de las víctimas de Nathan se escuchaban en el segundo piso, aun así me inyecte un poco de heroína para relajarme mientras le esperaba. ¿Por qué después de tantos años lo volvería a ver? El decidió dejarme por su maldita adicción a las mafias, me puse mis audífonos mientras se reproducía la hermosa melodía de My Immortal de Evanescense. Saque mi cuter y empecé a acariciar mi muñeca con este, tenía que sentirme viva de alguna manera. Pero no pude… uno de los grandulones que me impidió ver a Nathan directamente por que el niño estaba ocupado me detuvo al presentarlo –mierda… - murmure mientras rodeaba mis ojos con fastidió, mientras me quitaba los audífonos.
-Hola Nathan, a lo que yo sé no necesito presentación ni menos agendar cita contigo, ah cierto no se vayan a enojar las demás que son tus finas y distinguidas chicas… o novias… de tener auna maldita vagabunda contigo, solo vine porque necesito algo que me calme el cuerpo, y tú tienes droga de la buena así que necesito tal … te daré lo que quieras- si aún si me prostituía con él lo haría no me sentía tan segura pero me daba coraje que me desechará el después de tantos años.
Jane Austin-
Mensajes : 56
Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
El rubio observó a la chica de arriba abajo. Patética. Cuanto patetismo junto. El verla con el cuchillo en las muñecas le hizo rodar los ojos ¿Qué clase de persona más estúpida iba a querer quitarse la vina o autoflagelarse de tal manera? Por Dios. No dijo nada.
Pero sus palabras pronto confirmaron las sospechas de Nathan de que la muchacha estaba allí por droga. Había momentos en que Rothschilde casi se arrepentía de haberla arrastrado al mundo de las drogas... Pero luego lo pensaba mejor y decía que si ella se había vuelto tan adicta y dependiente a ellas, era su culpa, no la de él. Él solo le había mostrado la puerta, le había ofrecido la primera, la segunda y la tercera dosis. Era ella quien había decidido cruzarlas. No se puede culpar al diablo de las malas decisiones de los hombres y las mujeres, después de todo.
La notaba muy desmejorada. Habían cortado la especie de... "relación" que tenían hace un año o más así. Jane se había puesto histérica porque según él, le daba más importancia a los negocios que a ella... Bah, ridiculeces propias de mujeres, por supuesto. La había visto esporádicamente en el NYC Club, trabajando como camello... Y ahora que la veía en ese estado no se sorprendía que probablemente terminase prostituyéndose. Cuando ella mencionó que no tenía que agendar cita con él, ni presentarse, Nathan arqueó una ceja. Era muy cierto que la conocía lo suficientemente bien, pero eso no le daba derecho a interrumpirlo así como así.
- Apestas a mezcla de sudor y perfume barato. - mencionó con frialdad. No, nada de bienvenidas cálidas. Nathan no era de ese estilo. Y, posiblemente, si hubiese sido mejor persona, se habría preocupado por el estado de la mujer y lo último que le hubiera ofrecido habrían sido drogas. Pero no ¿Ella quería drogas? Las tendría.
Caminó hasta una gaveta que había en el vestíbulo y la abrió con una pequeña llave que llevaba en su pantalón. De allí sacó un par de jeringas de heroína, una bolsa con coca, unos cuantos porros y varios blisters de pastillas. Llevó todo a una mesa cercana y dejó las cosas allí, mientras hacía un gesto al guardia que había quedado para que se retirase.
- Aquí tienes. Toma la que quieras.
Nathan se sentó en una de las sillas, mientras la observaba no sin cierto aire de superioridad y se cruzaba de piernas. Sentado y con su imponente presencia parecía un rey. El rey de aquel lugar de drogas, crimen y perdición.
- Así que... ¿Te has vuelto una putita que se vende por un poco de mercancía? Vaya que has caído bajo, Jane. No me imaginaba que fueras a terminar tan así. Podría haberte pagado un mejor futuro ¿sabes? - tomó otra vez la cajetilla de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta, sacó uno y lo encendió con el encendedor de plata: - Pero no. Tenías que convertirte en una pequeña histérica. Pero eras una puta conmigo. Recuerdo lo buena que eras en la cama... Eres una puta ahora y serás una puta siempre. Al menos me alegro ver que eso no ha cambiado.- duro, agresivo, sincero. Sin pelos en la lengua. Así se comportaba Nathan con las personas que conocía, y vaya que Jane lo conocia. Durante su "noviazgo" habían tenido una relación bastante extraña, se trataban como se estaban tratando ahora de duros y directos, pero también había momentos en que la ternura era... extraordinaria. Había momentos que Nate recordaba con cierta nostalgia de su relación con ella, pero que al instante desechaba y pensaba que estaba mucho mejor asi. Pero aún así... El verla a los ojos era, en parte, revivir esos momentos tan cálidos y extrañamente dulces.
Pero sus palabras pronto confirmaron las sospechas de Nathan de que la muchacha estaba allí por droga. Había momentos en que Rothschilde casi se arrepentía de haberla arrastrado al mundo de las drogas... Pero luego lo pensaba mejor y decía que si ella se había vuelto tan adicta y dependiente a ellas, era su culpa, no la de él. Él solo le había mostrado la puerta, le había ofrecido la primera, la segunda y la tercera dosis. Era ella quien había decidido cruzarlas. No se puede culpar al diablo de las malas decisiones de los hombres y las mujeres, después de todo.
La notaba muy desmejorada. Habían cortado la especie de... "relación" que tenían hace un año o más así. Jane se había puesto histérica porque según él, le daba más importancia a los negocios que a ella... Bah, ridiculeces propias de mujeres, por supuesto. La había visto esporádicamente en el NYC Club, trabajando como camello... Y ahora que la veía en ese estado no se sorprendía que probablemente terminase prostituyéndose. Cuando ella mencionó que no tenía que agendar cita con él, ni presentarse, Nathan arqueó una ceja. Era muy cierto que la conocía lo suficientemente bien, pero eso no le daba derecho a interrumpirlo así como así.
- Apestas a mezcla de sudor y perfume barato. - mencionó con frialdad. No, nada de bienvenidas cálidas. Nathan no era de ese estilo. Y, posiblemente, si hubiese sido mejor persona, se habría preocupado por el estado de la mujer y lo último que le hubiera ofrecido habrían sido drogas. Pero no ¿Ella quería drogas? Las tendría.
Caminó hasta una gaveta que había en el vestíbulo y la abrió con una pequeña llave que llevaba en su pantalón. De allí sacó un par de jeringas de heroína, una bolsa con coca, unos cuantos porros y varios blisters de pastillas. Llevó todo a una mesa cercana y dejó las cosas allí, mientras hacía un gesto al guardia que había quedado para que se retirase.
- Aquí tienes. Toma la que quieras.
Nathan se sentó en una de las sillas, mientras la observaba no sin cierto aire de superioridad y se cruzaba de piernas. Sentado y con su imponente presencia parecía un rey. El rey de aquel lugar de drogas, crimen y perdición.
- Así que... ¿Te has vuelto una putita que se vende por un poco de mercancía? Vaya que has caído bajo, Jane. No me imaginaba que fueras a terminar tan así. Podría haberte pagado un mejor futuro ¿sabes? - tomó otra vez la cajetilla de cigarrillos del bolsillo de su chaqueta, sacó uno y lo encendió con el encendedor de plata: - Pero no. Tenías que convertirte en una pequeña histérica. Pero eras una puta conmigo. Recuerdo lo buena que eras en la cama... Eres una puta ahora y serás una puta siempre. Al menos me alegro ver que eso no ha cambiado.- duro, agresivo, sincero. Sin pelos en la lengua. Así se comportaba Nathan con las personas que conocía, y vaya que Jane lo conocia. Durante su "noviazgo" habían tenido una relación bastante extraña, se trataban como se estaban tratando ahora de duros y directos, pero también había momentos en que la ternura era... extraordinaria. Había momentos que Nate recordaba con cierta nostalgia de su relación con ella, pero que al instante desechaba y pensaba que estaba mucho mejor asi. Pero aún así... El verla a los ojos era, en parte, revivir esos momentos tan cálidos y extrañamente dulces.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Ahora yo era la “putita”,bien, no me indigno sabía yo que lo era y que es lo que quería, un escalofrío recorrió mi espalda mientras en mi mente pasaban imágenes de excitante placer aquellos tiempos con Nathaniel , maldito mujeriego, tal vez en años anteriores … solo dejémoslo en un tal vez.
Me acerque a él violando ese espacio vital – Tal vez no haz probado nuevas cosas en mi… y el pasado te acecha- susurre a su oído sonreía de manera tan cínica como pude no sin antes con mi pierna rosar su miembro, tome unas cuantas tachas de aquella mesa con un poco de alcohol, no tenía ganas de follar pero sería por los viejos tiempos sin duda. Además esta sería la primera vez que me prostituía por droga, algo que ese idiota no lo ha tenido en mente. A menos que fuera con Andros que lo hacía tan bien… o al menos eso escuchaba por las paredes de tabla roca del NYC Cluv.
Antes no era así, antes me trataba bien, a lo menos su trato era de un caballero hacía mí, al parecer éramos cómplices y el recordarlo era como un profundo dolor en el pecho y reflejado en el estómago era rencor, mucho de él.
En cuanto empecé a tener los síntomas de las tachas mezcladas con el alcohol, me quite la gabardina de piel Louis Vuitron que me regalaron en la casa del gobernador. Ya tenía calor
Me acerque a él violando ese espacio vital – Tal vez no haz probado nuevas cosas en mi… y el pasado te acecha- susurre a su oído sonreía de manera tan cínica como pude no sin antes con mi pierna rosar su miembro, tome unas cuantas tachas de aquella mesa con un poco de alcohol, no tenía ganas de follar pero sería por los viejos tiempos sin duda. Además esta sería la primera vez que me prostituía por droga, algo que ese idiota no lo ha tenido en mente. A menos que fuera con Andros que lo hacía tan bien… o al menos eso escuchaba por las paredes de tabla roca del NYC Cluv.
Antes no era así, antes me trataba bien, a lo menos su trato era de un caballero hacía mí, al parecer éramos cómplices y el recordarlo era como un profundo dolor en el pecho y reflejado en el estómago era rencor, mucho de él.
En cuanto empecé a tener los síntomas de las tachas mezcladas con el alcohol, me quite la gabardina de piel Louis Vuitron que me regalaron en la casa del gobernador. Ya tenía calor
Jane Austin-
Mensajes : 56
Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Nathan no estaba seguro de si esta "nueva" Jane que veía luego de la separación terminaba de gustarle. Aunque tampoco le disgustaba ¿Para qué negarlo? Siempre había disfrutado del sexo con ella. Cuando estaban juntos, Rothschilde se juraba y perjuraba que el 75% de su relación se basaba en el sexo. Habían hecho de todo. Nathan no recordaba que un rincón del cuerpo de la chica hubiese quedado sin explorar para él. Fantasías salvajes, casi animales.
Cuando ella mencionó que tal vez el no hubiese probado cosas nuevas. Arqueó una ceja y rió un poco para preguntar, no sin cierta ironía:
- Entonces, ¿vienes a prostituirte y hacerme probar cosas nuevas? - luego rió un poco, aunque con más seriedad, porque era cierto lo que iba a decir, agregó: - Cosas nuevas... ¿Sabes? Siempre me pregunté como sería echarte un poco de coca en el coño, en la zona de los labios... Y aspirarla directo de ahí junto a tu aroma.
Entonces vio como ella empezaba a tomar tachas, bajadas con unos tragos de licor de unas botellas que Nate también había sacado de la gaveta junto al resto de las drogas. Luego observó como la muchacha terminaba por despojarse de su abrigo. Rothschilde arqueó una ceja al ver aquella prenda. Era cara. Muy cara, eso se veía a simple vista ¿Jane con prendas caras luego de que cortaron? ¿Quién podría estar proveyéndola de abrigos de esa calidad? Probablemente se estuviese enrollando con algún vejete rico, o algún político importante, si se había vuelto tan puta como para ofrecérsele de tal manera a él.
Soltó una carcajada y luego tomó entre sus manos una de las botellas de licor para después destaparla y beber un amplio trago desde el pico. Extendió la mano libre, para tomar la de ella y atraerla a él, haciéndola sentar sobre su regazo. Sus ojos verdosos se clavaron en los azules ajenos. Maldita sea, que ella fuera tan hermosa como antes no ayudaba en nada. Era muchísimo más bella que cualquier puta de calidad que él pudiera costearse. Pero lo raro es que... Detestaba verla como la estaba viendo ahora mismo.
- No me gusta ver que terminaste así, Jane. Podrías haber tenido potencial para mucho más. Eres demasiado guapa como para acabar en esto... Naturalmente, no voy a rechazar la carne que me ofreces. Ni a negarte que no me disgusta la idea de que mi polla sienta tu calidez una vez más, pero antes...- suspiró un poco y le tomó de los cabellos, haciendo que echase la cabeza hacia atrás, le lamió con suavidad el cuello, dibujando un camino ascendente con su lengua hasta sus labios y allí la besó profundamente. - Quiero que sepas que no he olvidado ni un poco que, aunque me parezcas una nena histérica en ocasiones, te quiero. A mi manera, pero te quiero, aunque seas mi ex.
Cuando ella mencionó que tal vez el no hubiese probado cosas nuevas. Arqueó una ceja y rió un poco para preguntar, no sin cierta ironía:
- Entonces, ¿vienes a prostituirte y hacerme probar cosas nuevas? - luego rió un poco, aunque con más seriedad, porque era cierto lo que iba a decir, agregó: - Cosas nuevas... ¿Sabes? Siempre me pregunté como sería echarte un poco de coca en el coño, en la zona de los labios... Y aspirarla directo de ahí junto a tu aroma.
Entonces vio como ella empezaba a tomar tachas, bajadas con unos tragos de licor de unas botellas que Nate también había sacado de la gaveta junto al resto de las drogas. Luego observó como la muchacha terminaba por despojarse de su abrigo. Rothschilde arqueó una ceja al ver aquella prenda. Era cara. Muy cara, eso se veía a simple vista ¿Jane con prendas caras luego de que cortaron? ¿Quién podría estar proveyéndola de abrigos de esa calidad? Probablemente se estuviese enrollando con algún vejete rico, o algún político importante, si se había vuelto tan puta como para ofrecérsele de tal manera a él.
Soltó una carcajada y luego tomó entre sus manos una de las botellas de licor para después destaparla y beber un amplio trago desde el pico. Extendió la mano libre, para tomar la de ella y atraerla a él, haciéndola sentar sobre su regazo. Sus ojos verdosos se clavaron en los azules ajenos. Maldita sea, que ella fuera tan hermosa como antes no ayudaba en nada. Era muchísimo más bella que cualquier puta de calidad que él pudiera costearse. Pero lo raro es que... Detestaba verla como la estaba viendo ahora mismo.
- No me gusta ver que terminaste así, Jane. Podrías haber tenido potencial para mucho más. Eres demasiado guapa como para acabar en esto... Naturalmente, no voy a rechazar la carne que me ofreces. Ni a negarte que no me disgusta la idea de que mi polla sienta tu calidez una vez más, pero antes...- suspiró un poco y le tomó de los cabellos, haciendo que echase la cabeza hacia atrás, le lamió con suavidad el cuello, dibujando un camino ascendente con su lengua hasta sus labios y allí la besó profundamente. - Quiero que sepas que no he olvidado ni un poco que, aunque me parezcas una nena histérica en ocasiones, te quiero. A mi manera, pero te quiero, aunque seas mi ex.
Nathan P. Rothschilde-
Mensajes : 43
Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
El recordarlo me hacia estremecer aunque ... Cielos era un angel ¿Podría ser algo más hermoso que el? Me pregunto ¿Cómo fue que nos alejamos? Sus últimas palabras fueron las que hicieron que se me viniera todo ese maldito recuerdo hacia mi mente como demonios acechandome para matarme, mi corazón estaba hecho pedazos por su culpa.
Una lágrima salió de mi ojo izquierdo mientras su lengua recorría mi cuello, no podría, pero si algo he aprendido de este negocio es que los sentimientos no podrían estar involucrados Nathan...para murmure pues tenía que poner mis pensamientos y los sentimientos en orden basta! mejor dame la droga y ya, yo no importo, y lo sabes me aleje si dudar tenía que ser fuerte ante esa maldita tentación, ante la misma droga, te que ser valiente! maldito valor! hasta ahora estaba floreciendo en mi! y eso entre comillas.
Me quede mirando la lluvia caer por la ventana mis lágrimas podrían ser igual que las gotas de lluvia, haya afuera podría aparentar ser fuerte, valiente, pero ante el... Era diferente,negra como estar con el sacerdote confezando mis malditos pecados, aunque en este caso era el, quien los sabía. Era cómo un escáner no puedo seguir así... ahora sin las lágrimas continuaron como aquellas gotas de lluvia que corrían en el vidrio de aquella ventana. Al parecer ya me arrepentía de mis actos, la verdad de mi que era una maldita cobarde.
Ahora sabía el porque de la negación de los purgadores hacia mi.
Una lágrima salió de mi ojo izquierdo mientras su lengua recorría mi cuello, no podría, pero si algo he aprendido de este negocio es que los sentimientos no podrían estar involucrados Nathan...para murmure pues tenía que poner mis pensamientos y los sentimientos en orden basta! mejor dame la droga y ya, yo no importo, y lo sabes me aleje si dudar tenía que ser fuerte ante esa maldita tentación, ante la misma droga, te que ser valiente! maldito valor! hasta ahora estaba floreciendo en mi! y eso entre comillas.
Me quede mirando la lluvia caer por la ventana mis lágrimas podrían ser igual que las gotas de lluvia, haya afuera podría aparentar ser fuerte, valiente, pero ante el... Era diferente,negra como estar con el sacerdote confezando mis malditos pecados, aunque en este caso era el, quien los sabía. Era cómo un escáner no puedo seguir así... ahora sin las lágrimas continuaron como aquellas gotas de lluvia que corrían en el vidrio de aquella ventana. Al parecer ya me arrepentía de mis actos, la verdad de mi que era una maldita cobarde.
Ahora sabía el porque de la negación de los purgadores hacia mi.
Jane Austin-
Mensajes : 56
Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Y así como Jane se le había acercado y había comenzado a seducirlo de esa manera, insinuando que fácilmente podía entregarle su cuerpo a cambio de un poco de drogas, así también se alejó de él, aparentemente consternada por las últimas palabras que le dirigió. Nathan hizo una mueca de insatisfacción. Ella seguía siendo igual que antes en ese aspecto, temerosa, incluso un poco miedosa podía decirse. En lugar de sentirse prácticamente agradecida por lo que le había dicho, sabiendo lo difícil que era para él decir cosas de ese estilo, le salía con sandeces tales como esa. Frunció el ceño y dejó que ella se alejase hasta ir a la ventana y quedarse mirando como la lluvia caía en el exterior.
Nate se mantuvo en silencio durante unos momentos, escuchando el repiquetear del agua contra el suelo fuera, y los truenos ahogados. Se cruzó de brazos, mientras se mantenía sentado en un sillón y luego echó un suave suspiro.
- Si no me importases...- comenzó el rubio con completa tranquilidad - Lo más probable es que jamás de los jamases te hubiese dicho lo que te acabo de decir ¿Querías droga? Ahí la tienes, además de que ya te tomaste un par de tachas. Te la ofrezco, como te la he ofrecido la primera vez. Pero al igual que la primera vez, el tomarlas o no tomarlas es tu elección, yo nada tengo que ver allí. - tomó otra vez la botella de licor entre sus manos y dio un nuevo sorbo, muy amplio para después dejarla a un lado y suspirar.
- Por más que no quieras que te lo diga, te lo diré: no me gusta verte así. - pero aunque se lo decía, Nathan no se sentía culpable de su estado actual. Jamás le había puesto una pistola en la cabeza para comenzar el camino de las drogas. Veía ridículo de su parte que empezase así, y más todavía que dijese que no podía seguir.
- ¿No puedes seguir? - mencionó burlón desde su posición, cruzando sus piernas y dando un nuevo trago a la botella. - Vaya, esa no es la Jane que conozco. La Jane que conozco siempre fue una mujer que no se rendía y que podía con todo, incluso con mis arrebatos de enojo y con como la tomaba contra la pared sin piedad siempre... ¿Y no puedes seguir, dices?
Nate se mantuvo en silencio durante unos momentos, escuchando el repiquetear del agua contra el suelo fuera, y los truenos ahogados. Se cruzó de brazos, mientras se mantenía sentado en un sillón y luego echó un suave suspiro.
- Si no me importases...- comenzó el rubio con completa tranquilidad - Lo más probable es que jamás de los jamases te hubiese dicho lo que te acabo de decir ¿Querías droga? Ahí la tienes, además de que ya te tomaste un par de tachas. Te la ofrezco, como te la he ofrecido la primera vez. Pero al igual que la primera vez, el tomarlas o no tomarlas es tu elección, yo nada tengo que ver allí. - tomó otra vez la botella de licor entre sus manos y dio un nuevo sorbo, muy amplio para después dejarla a un lado y suspirar.
- Por más que no quieras que te lo diga, te lo diré: no me gusta verte así. - pero aunque se lo decía, Nathan no se sentía culpable de su estado actual. Jamás le había puesto una pistola en la cabeza para comenzar el camino de las drogas. Veía ridículo de su parte que empezase así, y más todavía que dijese que no podía seguir.
- ¿No puedes seguir? - mencionó burlón desde su posición, cruzando sus piernas y dando un nuevo trago a la botella. - Vaya, esa no es la Jane que conozco. La Jane que conozco siempre fue una mujer que no se rendía y que podía con todo, incluso con mis arrebatos de enojo y con como la tomaba contra la pared sin piedad siempre... ¿Y no puedes seguir, dices?
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
¿No le gustaba verme así? si el fue el que me inducio con haberme alejado de el... claro me presento el consuelo antes del golpe final, sí, eramos unidos, pero tuvo que aconteser ese hecho donde como siempre le importaba mas el sexo, con otra mujer ... ¿Nathan fiel? para nada por ello lo había dejado, si por primera vez acepto que me fui pero el, lo ocasiono todo.
El pasado, sin duda mi peor enemigo ... mi flagelo, agarre un puño y lo estrelle en la ventana gritando un "YA BASTA!" odiaba que me recordara todo lo que había pasado, inclusive de cómo era ... ya no era fuerte, era débil y fea seguramente esto se veía porque no era del nada sano mi aspecto hasta yo lo notaba, por eso mismo quería morir... la droga era la forma mas lenta pero efectiva.
La sangre empezó a salir de mi mano era obvio que dolía pero lo que mas dolía era mi ser, mi alma, mi corazón y las memorias de aquellos días con Nathaniel - odio que me recuerdes así! y si en verdad te gustaba ¿por qué? .... COÑO NO ME COMPRENDES!, SOLO ME VEÍAS COMO UN MALDITO OBJETO SEXUAL! y si Nathan todo lo hacía por AMOR! PERO TU ¿QUÉ SABES DE ESO?! NADA! SOLO PIENSAS CON TU PUTA CABEZA DE 5 CM- tome mi gabardina junto con unos paquetes pequeños de droga y estaba ya lista para salir de ahí.
El pasado, sin duda mi peor enemigo ... mi flagelo, agarre un puño y lo estrelle en la ventana gritando un "YA BASTA!" odiaba que me recordara todo lo que había pasado, inclusive de cómo era ... ya no era fuerte, era débil y fea seguramente esto se veía porque no era del nada sano mi aspecto hasta yo lo notaba, por eso mismo quería morir... la droga era la forma mas lenta pero efectiva.
La sangre empezó a salir de mi mano era obvio que dolía pero lo que mas dolía era mi ser, mi alma, mi corazón y las memorias de aquellos días con Nathaniel - odio que me recuerdes así! y si en verdad te gustaba ¿por qué? .... COÑO NO ME COMPRENDES!, SOLO ME VEÍAS COMO UN MALDITO OBJETO SEXUAL! y si Nathan todo lo hacía por AMOR! PERO TU ¿QUÉ SABES DE ESO?! NADA! SOLO PIENSAS CON TU PUTA CABEZA DE 5 CM- tome mi gabardina junto con unos paquetes pequeños de droga y estaba ya lista para salir de ahí.
Jane Austin-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Y, otra vez, las cosas empezaban a revolverse en un torbellino de ira y frustración de parte de Austin. Al punto que incluso la muchacha terminó golpeando con fuerza el vidrio de la ventana, haciéndose daño en la mano y empezando a sangrar.
Nate no se movió mientras ella recogía los paquetes de droga e iba hasta la puerta para empezar a despotricar contra él. Rodó los ojos ¿Podía culparse a la tormenta por la lluvia que caía cuando se encontraba en la atmósfera? ¿Podía culparse a una pizarra de ser de color verde oscuro, o negro? No, porque sencillamente así eran las cosas. Así de natural era. Entonces, no podía culparse a Nathan Rothschilde de ser un mujeriego empedernido, puesta que esa era su naturaleza y el negárselo habría sido negarse buena parte de su ser. Y no tenía ningún interés en negar dicha parte, para él no era algo de lo que tuviera que avergonzarse.
- Te han faltado unos quince o veinte centímetros más a tu descripción, lo sabes Jane. Aunque si, técnicamente la cabeza es de cinco centímetros, el resto es tronco. - rodó los ojos para después incorporarse y dirigirse a ella antes de que pudiera salir. En un par de zancadas estuvo frente a la chica - ¿Crees que te voy a dejar salir herida como estás? Vaya tontería.- le tomó con fuerza del brazo y tiró de ella hasta empujarla para que quedase sentada sobre un sofá. A continuación fue hasta otra de las gavetas donde sacó un kit de primeros auxilios. Se acercó hasta donde estaba la muchacha y se dedicó a limpiar la herida que se había hecho en la mano con suave algodón. La desinfectó embebiendo otro trozo de algodón en alcohol y luego utilizó unas gasas y banditas para asegurar el algodón a la herida, y de esta manera que la misma terminase bien tratada.
Nate no se movió mientras ella recogía los paquetes de droga e iba hasta la puerta para empezar a despotricar contra él. Rodó los ojos ¿Podía culparse a la tormenta por la lluvia que caía cuando se encontraba en la atmósfera? ¿Podía culparse a una pizarra de ser de color verde oscuro, o negro? No, porque sencillamente así eran las cosas. Así de natural era. Entonces, no podía culparse a Nathan Rothschilde de ser un mujeriego empedernido, puesta que esa era su naturaleza y el negárselo habría sido negarse buena parte de su ser. Y no tenía ningún interés en negar dicha parte, para él no era algo de lo que tuviera que avergonzarse.
- Te han faltado unos quince o veinte centímetros más a tu descripción, lo sabes Jane. Aunque si, técnicamente la cabeza es de cinco centímetros, el resto es tronco. - rodó los ojos para después incorporarse y dirigirse a ella antes de que pudiera salir. En un par de zancadas estuvo frente a la chica - ¿Crees que te voy a dejar salir herida como estás? Vaya tontería.- le tomó con fuerza del brazo y tiró de ella hasta empujarla para que quedase sentada sobre un sofá. A continuación fue hasta otra de las gavetas donde sacó un kit de primeros auxilios. Se acercó hasta donde estaba la muchacha y se dedicó a limpiar la herida que se había hecho en la mano con suave algodón. La desinfectó embebiendo otro trozo de algodón en alcohol y luego utilizó unas gasas y banditas para asegurar el algodón a la herida, y de esta manera que la misma terminase bien tratada.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
no sabes cuanto te odio murmure mientras me "curaba", la verdad si lo odio intensamente , pero por otro lado el era tan intenso... Que en otro momento juro que me hubiera metido a su cama con tal de reconciliarme con el, pero era demasiado tarde, mi maldito ego no me lo permitía.
Pero también, cielos, me hacia sentir tan bien... Era una guerra de sentimientos en mi interior. También emocionalmente, no podría externarlo...pero tampoco quedármelo... Estaba confundida, mucho muy confundida... Lo quería matar pero también quería encajar mis uñas en su espalda, mientras teníamos sexos salvaje. Eso jamás pasaría pero eran las drogas o el.
La manera más neutral y fácil era esa, venderme a cambio de drogas...sexo en cambio de drogas, las mejores drogas la tenía Nathan, sin duda, si quería de ellas tendría que hacer algo, pues Andros manejaba otra calidad.
Era hora de hacerlo o morir, agache mi cabeza junto con la mirada de manera de sumisión, cosa que ni yo lo creía yo... Lo siento Nathan, perdona mi ataque de ira... Soy una tonta me provoque el llanto, estaba "tan dolida y arrepentida por mis actos" que podría humillarme en cualquier momento.
Pero también, cielos, me hacia sentir tan bien... Era una guerra de sentimientos en mi interior. También emocionalmente, no podría externarlo...pero tampoco quedármelo... Estaba confundida, mucho muy confundida... Lo quería matar pero también quería encajar mis uñas en su espalda, mientras teníamos sexos salvaje. Eso jamás pasaría pero eran las drogas o el.
La manera más neutral y fácil era esa, venderme a cambio de drogas...sexo en cambio de drogas, las mejores drogas la tenía Nathan, sin duda, si quería de ellas tendría que hacer algo, pues Andros manejaba otra calidad.
Era hora de hacerlo o morir, agache mi cabeza junto con la mirada de manera de sumisión, cosa que ni yo lo creía yo... Lo siento Nathan, perdona mi ataque de ira... Soy una tonta me provoque el llanto, estaba "tan dolida y arrepentida por mis actos" que podría humillarme en cualquier momento.
Jane Austin-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Nathan observó el espectáculo que estaba dando Jane de esa manera, bajando la cabeza en señal de sumisión, casi parecía humillarse. El rubio frunció el ceño. No le gustaba que Austin se mostrase así ante él. Aunque la idea de tenerla ahí, pidiéndole perdón por su reacción se le hacía bastante atractiva, por la extraña sensación de poder que parecía conferirle más que nada.
En un impulso extendió una mano y le acarició con suavidad una de las mejillas para que ella levantase la mirada y lo mirase otra vez a los ojos.
- Siempre fuiste así de impulsiva. Peor que yo y mira que yo soy impulsivo eh. Pero siempre me ganabas en eso.- rió levemente para luego acercar su rostro al ajeno y apoyarlo en la frente de la joven - ¿Recuerdas ese día hace años que estábamos en el cine y que casi te agarras de los pelos con una porque se la pasaba mirándome a mí desde su butaca y no a la pantalla? - volvió a reír mientras negaba, divertido con la cabeza al acordarse de esos momentos. Suspiró y, no sin cierta dosis de nostalgia en la voz, dijo:
- Y luego de eso fuimos a casa y tuvimos tremenda discusión... Para después acabar follando como animales en celo. - le sonrió levemente de costado para después agregar: - Eran buenos tiempos, mi querida. Muy buenos tiempos. Hasta debo admitir que me divertía discutir contigo, aunque luego llegase un momento en el que me desesperabas.
Y lo que tenía que pasar, pasó. Sin poder evitarlo y sin querer contenerse tampoco, acercó su boca a la ajena y le besó profundamente en los labios, de manera intensa, codiciosa, buscando llenarse la propia boca del sabor de los labios ajenos. Profundizó un poco más el beso y se pegó a su cuerpo lo máximo que pudo. No era un beso únicamente apasionado y lujurioso, había una enorme dosis de afecto y de genuino cariño en aquel contacto y sus manos acariciaban sus mejillas casi con ternura.
En un impulso extendió una mano y le acarició con suavidad una de las mejillas para que ella levantase la mirada y lo mirase otra vez a los ojos.
- Siempre fuiste así de impulsiva. Peor que yo y mira que yo soy impulsivo eh. Pero siempre me ganabas en eso.- rió levemente para luego acercar su rostro al ajeno y apoyarlo en la frente de la joven - ¿Recuerdas ese día hace años que estábamos en el cine y que casi te agarras de los pelos con una porque se la pasaba mirándome a mí desde su butaca y no a la pantalla? - volvió a reír mientras negaba, divertido con la cabeza al acordarse de esos momentos. Suspiró y, no sin cierta dosis de nostalgia en la voz, dijo:
- Y luego de eso fuimos a casa y tuvimos tremenda discusión... Para después acabar follando como animales en celo. - le sonrió levemente de costado para después agregar: - Eran buenos tiempos, mi querida. Muy buenos tiempos. Hasta debo admitir que me divertía discutir contigo, aunque luego llegase un momento en el que me desesperabas.
Y lo que tenía que pasar, pasó. Sin poder evitarlo y sin querer contenerse tampoco, acercó su boca a la ajena y le besó profundamente en los labios, de manera intensa, codiciosa, buscando llenarse la propia boca del sabor de los labios ajenos. Profundizó un poco más el beso y se pegó a su cuerpo lo máximo que pudo. No era un beso únicamente apasionado y lujurioso, había una enorme dosis de afecto y de genuino cariño en aquel contacto y sus manos acariciaban sus mejillas casi con ternura.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Dicen que de donde hubo fuego cenizas quedan ... pero no era mi caso al menos no lo quería aceptar, era muy bello para ser real, yo no lo merecía después de todos mis malditos desplantes pero ese beso cambiaba algunas cosas, prometí que jamas le iba a rogar pero mi comportamiento decía lo contrario, unas cuantas lagrimas salieron de mis ojos mientras yo intensificaba el beso sin querer, todos esos recuerdos que se venían una y otra vez, yo sonriente con el animo de volver a vivir y su mirada tierna eran tan ... sus caricias ... todo me hacía estremecer ... -Nathan ... - negue y me aparte un poco mirando y acariciando su cabello, lo tenía tan suave como la ultima vez ...
Sonreí mil pensamientos se me venían a la mente, durante mucho tiempo me estaba negando que era mi realidad con el... habíamos terminado nuestra relación, una realidad dura y donde solo mi vida era obscuridad, como aquella choza en la que vivía. Mi sol era solo el, baje la mirada de nuevo - esto es una fantasía ... no es real - me dije para mi obviamente en voz alta, -no estoy contigo este es otra de mis alucinaciones, jamás volveremos... no soy como l@s demás ... - eso me dolía recordar por cuantos o cuantas había pasado y si, era solo su juguete sexual...
Sonreí mil pensamientos se me venían a la mente, durante mucho tiempo me estaba negando que era mi realidad con el... habíamos terminado nuestra relación, una realidad dura y donde solo mi vida era obscuridad, como aquella choza en la que vivía. Mi sol era solo el, baje la mirada de nuevo - esto es una fantasía ... no es real - me dije para mi obviamente en voz alta, -no estoy contigo este es otra de mis alucinaciones, jamás volveremos... no soy como l@s demás ... - eso me dolía recordar por cuantos o cuantas había pasado y si, era solo su juguete sexual...
Jane Austin-
Mensajes : 56
Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Ahí estaba otra vez... Ahí estaba otra vez aquella faceta de Austin que no le gustaba para nada. Ahí se demostraba de nuevo como una muchacha ¿histérica? No, no era la palabra. No sabía como definirla, lo que si sabía definir era que, evidentemente, Nate no entendía como era posible que ella se comportase de esa manera y que no entendía como funcionaba él. Jane jamás había logrado entender del todo a su ex-novio, ni siquiera en sus momentos de mayor auge, en esos momentos en los que compartían más cosas juntos. Y eso era ciertamente decepcionante. Sabía que si decía que eso era una alucinación era porque sencillamente le seguía doliendo el número de amantes que había tenido. Se preguntaba cuantos hombres habrían pasado por el cuerpo de la castaña desde que se separaron y, por alguna razón, el solo pensar eso lo hizo rabiar un poco... ¿Acaso estaba entendiendo como se habría sentido la muchacha cada vez que él daba flagrantes muestras de infidelidad sin preocuparse por sus sentimientos? En realidad eso temía. Temía entenderla y, para peor, temía volverse de la misma manera.
Pero ¿por qué con ella? No había razón de ser ¿o sí? Después de todo, Jane y él habían cortado. Oh, si, lo habían hecho. Habían cortado contacto y no lo habían recuperado para nada. Se mordió ligeramente el labio inferior. Si así había sido ¿por qué tenía que sentir aquella incomodidad ante sus pensamientos?
- Pues a mí no me parece una alucinación, Jane. - suspiró suavemente para después agregar: - Sé que es muy difícil que volver. Ha corrido mucha agua bajo el puente. Pero estás conmigo ahora mismo, esto es la realidad, no una mera fantasía, así que por favor, disfrútalo, disfruta de estar cerca mío.- acercó sus labios a los ajenos y la besó de manera dulce, apasionada y profunda.
Pero ¿por qué con ella? No había razón de ser ¿o sí? Después de todo, Jane y él habían cortado. Oh, si, lo habían hecho. Habían cortado contacto y no lo habían recuperado para nada. Se mordió ligeramente el labio inferior. Si así había sido ¿por qué tenía que sentir aquella incomodidad ante sus pensamientos?
- Pues a mí no me parece una alucinación, Jane. - suspiró suavemente para después agregar: - Sé que es muy difícil que volver. Ha corrido mucha agua bajo el puente. Pero estás conmigo ahora mismo, esto es la realidad, no una mera fantasía, así que por favor, disfrútalo, disfruta de estar cerca mío.- acercó sus labios a los ajenos y la besó de manera dulce, apasionada y profunda.
Nathan P. Rothschilde-
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Re: Hiding is useless, you know? (Jane)
Me negué hacía esa maldita ilusión, en verdad estaba con el, sus labios sobre los míos, yo estaba totalmente estática, una vez mas negué con la cabeza y me separe un poco - Nathan... no... - y no de nuevo, me aferre a el, como si no me importará el ayer ni lo futuro, si no lo que era ahora. -Nathan... - no quería sonar rogona pero se lo dije - no me dejes ,eres mi mal necesario, y no te he dejado de amar- quería que volviéramos pero era tarde estaba segura de ello, quería ser como el, como si se resbalará todo, como si jamás hubiese existido lo nuestro, simplemente estaba enamorada y aferrada a un pasado que jamás volvería al presente.
Me metería en problemas, muchos problemas más pero el era el ser más perfecto con el cual quería pasar toda mi miserable vida aunque tenga mala suerte con el, al menos eso tenía de igual con mi padre ambos nos flagelábamos, el físicamente y yo sentimentalmente...todos esos pensamientos afloraron en mi hasta que murmuré mientras escondía mi rostro en ese cálido cuello ajeno, - ¿qué hice mal? - eran mis pensamientos para mi y tal vez lo compartía con el al yo decirlo, unas lagrimas de nuevo brotaron, quería que esto fuera eterno.
Me metería en problemas, muchos problemas más pero el era el ser más perfecto con el cual quería pasar toda mi miserable vida aunque tenga mala suerte con el, al menos eso tenía de igual con mi padre ambos nos flagelábamos, el físicamente y yo sentimentalmente...todos esos pensamientos afloraron en mi hasta que murmuré mientras escondía mi rostro en ese cálido cuello ajeno, - ¿qué hice mal? - eran mis pensamientos para mi y tal vez lo compartía con el al yo decirlo, unas lagrimas de nuevo brotaron, quería que esto fuera eterno.
Jane Austin-
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