Cannon purgadores

Aquel que en sus días de gloria, fue un hombre maravilloso y heroico no existe, ni volverá a existir. Este hombre inteligente pero con una crueldad sin límites, hermoso pero con cicatrices que nadie puede imaginarse, puede llegar a tener una personalidad bastante compleja, ¿pero quién no lo es en realidad?  La complejidad es, sin lugar a dudas, parte de Andros. No le rinde cuentas a nadie, ¿por qué? Porque él es el amo de todo, siempre tiene la razón y todo lo que hace, está bien. Contradecirle no es una opción. Orgulloso, egocéntrico y terco hasta la muerte, aunque es considerado: es capaz de sentirse el ombligo del mundo en un momento, para el siguiente poner su pellejo antes que el de los demás.

Celoso por nacimiento, cuida y atesora todo lo que podría llegar a considerarse suyo, además de protegerlo con los meros puños. El carácter del chico es duro, fuerte: tiene una vena rebelde jamás antes vista en su familia. Andros. Así es como le conocen todos. Es… indescifrable. Esa es la palabra más cercana que existe para poder describirle con exactitud. Sarcástico, ingenioso y mordaz. Suele ser un hombre de pocas palabras, te mira y no te dice nada, pero sin embargo, sonríe como si escondiera algo que no quisiera que sepas. Y aun así, por asquerosamente insoportable que sea, la gente se siente atraído por él. Le miras y le adoras. Sin más. Todo lo que tiene lo consigue en bandeja de oro.

Diplomático, elitista y realmente carismático, consigue captar las miradas de los presentes con sólo soltar un par de palabras improvisadas. No escucha a nadie, sigue sus propias reglas y le gusta ser el que da órdenes, no el que trabaja. Es esquivo con gente que no le interesa o los evita por razones que él considera lógicas. Aunque claro, nadie ha conseguido entenderle. Ha sido demasiado inteligente como para que el hormonal de la CIA pueda con él. No, espera. Nadie ha podido con él. Aún. Andros tiene un don natural para las mujeres, tiene esa caballerosidad que ya se ha perdido pero que utiliza únicamente con un fin, y todas saben cuál es. Es mujeriego, por qué negarlo, pero todas y cada una de las chicas que pasan la noche entre sus sábanas son plenamente conscientes de que aquello durará uno o dos encuentros a lo sumo, sin ningún tipo de relación en la que la palabra ‘sentimientos’ esté en el tablero ¿Por qué? Pues porque él no se permite verlas de otro modo que de ese, no quiere darse en la situación en la que su corazón decida sobre su cabeza, y esto lo ha heredado de su padre.

Andros no es de ese tipo de chicos sacados de las películas de comedia romántica. Más bien, es de esos que al pasarse por tu casa para recogerte, incendiaría tu casa por diversión o te empujaría hacia unos acosadores en vez de salvarte de ellos. No, no es un príncipe azul ni nada por el estilo. Es un cabronazo con todas las letras. Y eso es lo que hace que la mayoría de las chicas babeen por él. ¿Enamorarse? Es posible, pero no probable. Sí, si le pides que eche un discursillo en alguna boda sobre el amor eterno, lo hace. Si le preguntas si cree en el amor a primera vista, contestará que sí. Pero no te dejes engañar; es sólo un truco que utiliza para que oigas lo que quieres oír y ganarse tu confianza. Tiene tacto con eso y manipula sin que nadie lo note, así de sofisticado se mantiene el maldito. El nunca te hará saber que te aprecia. Esas cosas no le van… No olvidemos que es un maestro de las máscaras. Confiado en sí mismo, fuerte y asertivo.

Protector, lleno de recursos y decidido; puede ser orgulloso y dominante. Andros, sin duda, nació para ser algo grande. Tiene esa capacidad y la aprovecha. No hace falta ser un genio para darse cuenta de que es más chulo que un ocho y que lo tiene muy creído. Por eso mismo, piensa que puede con todo. Que es capaz de todo. Orgulloso de sí mismo, todo lo que hace según él, es lo correcto. Lo malo es que tiene razón. No es de la clase de chicos que se metan mucho en peleas, pero sí que tiene un don para causarlas. Ha vuelto a casa más de una vez con moratones y labios partidos. Enfadarse con él... bien, como quieras. Pero que él se enfade contigo, ya es otra historia.  

Es apasionado: todas las cosas que hace, ya sean buenas o malas, las hace con toda la intensión posible. Es mucho menos sensitivo que cualquiera de sus amigos, lo cual lo vuelve distintivamente más agresivo, e incluso un tanto cruel. Brutalmente honesto podría ser otro rasgo, no se calla nada, dice lo que quiere, cuando quiere y a quien quiere, sobre todo si la situación le saldrá benéfica. Porque bueno, a Andros nadie lo calla. Acreedor de increíbles filosofías, aunque generalmente no se encuentra a la altura de lo que dice. Manipulador por excelencia, además de emitir un ligero misterio, guarda muy bien los secretos importantes, y sobre todo, jamás habla de su vida personal.

No se siente fuera de lugar ni busca ser aceptado, aunque es muy cierto que le ha faltado cariño, y sentirse solo es de las peores situaciones para él. Es curioso, jamás puede resistirse a algún misterio o cualquier tipo de reto. Apuesta cada que le es posible y además utiliza toda esa gran creatividad para hacer las cosas más imaginativas e imposibles de crear. Vengativo: él no sólo se enoja, se retribuye; no da segundas oportunidades, y claramente, es incapaz de perdonar. No juzga a las personas sin antes conocerlas, y nunca ha sido realmente bueno en guardar sus distancias. No es como si fingiera hacerse el duro, o el frío e inquebrantable chico malo. Pero sí, en realidad el papel le queda bastante bien.

Su padre no era un alcohólico ni su madre una mujerzuela desinteresada que nunca se ocupo de él, le dieron lo que necesitaba, solo que para él lo necesario jamás fue suficiente y siempre está en busca de más. Nació en New York, su infancia fue normal como la de todos, iba a la escuela, y luego a casa, no era una persona de relacionarse mucho con la gente. Su madre muere cuando cumple 11 años y su padre queda a cargo de la casa, al poco tiempo de la muerte de su madre él (su papá) se suicidó. Andros dejó la casa y vagó por las calles durante muchos años, recorrió muchos lugares y llegó a un barrio bajo de la ciudad. Consiguió un trabajo allí, en una vieja tienda, los dueños no eran las mejores personas del mundo, el hombre pegaba a su mujer y a su hijo todos los días, la paga de Andros no era muy buena.Alli conoció a uno de sus mejores amigos Sebastian.

Sebastian quería tener un poco más de dinero y una noche le propuso que entraran a un negocio que tenían unos amigos suyos, solo conducirían un camión. Allí conoció a Alexander Nevski y a Jack Müller dos jóvenes que robaban vestidos finos para venderlos. Aceptó. Comenzaron robando dos veces por semana y con el paso del tiempo no les parecía suficiente. Sebastian ayudaba a su papá con la tienda ya que los impuestos que había que pagar eran elevados. Los impuestos se le pagaban a un hombre llamado Karl Weyl que amenazaba a los habitantes del barrio con que si no le pagaban, acabaría con todo lo que ellos tenían. Era un hombre con influencias en el gobierno, en la policía, tenía amigos importantes y solo con hacer unos cuantos movimientos podía desboronar casi cualquier cosa.

Un día Andros tomó el arma de Jack y decidió conseguir cosas por su cuenta, estaba cansado de tener que pagar tanto en impuestos, para él Karl no valía la mitad de lo que pagaba. Se subió a los techos de las casas con el arma en mano y sin perder de vista Karl, hasta que hizo el disparo. Ascendió a líder de los purgadores todos le siguieron como borreguitos, se convertió en lo peor, en la escoria de la ciudad y su único objetivo es destruir Estados Unidos.La gloria y el heroismo quedo en el pasado...

-Es el líder de los purgadores
-Es dueño del NYC Club donde venden todo tipo de cosas y se cometen todo tipo de delitos aún cuando no es la purga.
-Se lleva bastante mal con la jefa de la policía pero siempre buscará hacer que caiga

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